lunes, 1 de octubre de 2012

! LA RECUPERACIÓN DE LA PAREJA DESPUÉS DE LA INFIDELIDAD.¡‏

La infidelidad en las relaciones de pareja es la primera causa de divorcio; produce unas fortísimas reacciones emocionales y causa ansiedad y depresión. Pero no todas las parejas en las que se da la infidelidad se separan algunas mantienen su relación por muchas razones. Algunas de esas parejas acuden a terapia; pero la recuperación de la pareja después de la infidelidad es uno de los problemas más difíciles de la terapia de pareja. La situación actual consiste en poner en común las experiencias de los profesionales y de los investigadores para diseñar un método que luego pueda ser probado y plantea detalladamente un camino hacia la reconciliación de la pareja que pasa por un proceso terapéutico de pedir perdón y perdonar. La infidelidad en las relaciones de pareja tiene consecuencias devastadoras. Es la primera causa de divorcio No todas las parejas en las que se da la infidelidad se separan, algunas se reconcilian y continúan su relación superando el problema. El proceso de reconciliación es difícil y muchas veces es necesaria la intervención terapéutica para llevarlo a cabo. Generalmente se ha venido considerando la infidelidad como el hecho de tener relaciones sexuales fuera de la pareja. Las nuevas tecnologías introducen también elementos adicionales de ambigüedad en la consideración de lo que es o no es infidelidad. Un aspecto importante de la infidelidad es el hecho de que, en general, se da en secreto. El secreto es un aspecto que implica traición a lo pactado tácitamente y es un elemento importante a la hora de romper la confianza necesaria y básica sobre la que se establece la relación de pareja. Cognitivas: una de las primeras reacciones de la persona engañada son rumiaciones acerca de lo ocurrido, que pueden llegar a ser tan abrumadoras e incontrolables que pueden interferir en la concentración y en la capacidad de llevar a cabo el funcionamiento diario normal. Conductuales: Pueden darse reacciones de agresividad del traicionado generando violencia contra la pareja o contra el tercero. La reacción más común es la evitación del infiel, llegando a la separación inmediata; como una evitación del sufrimiento producido por la infidelidad y del que supone la interrelación en esas circunstancias. Emocionales: el sufrimiento emocional es enorme. Aparecen sentimientos de rabia, de ridículo, depresión, ansiedad, sentimiento de ser víctima de alguien muy querido, etc. El descubierto a veces puede desembocar en una depresión asociada a la pérdida del amante, a de la pareja, o a la variación de un statu quo que le era muy beneficioso. Dificultades en el sueño, irritabilidad con ataques de ira, hipervigilancia para asegurarse de que no se van a dar de nuevo los problemas, una exagerada respuesta de susto, una fuerte reacción fisiológica a los estímulos que le recuerden la traición. Una alternativa en este sentido es dar una explicación lógica y entendible, como la que propone la teoría en la que se basa la terapia de pareja basada en la emoción para que entienda que las reacciones de la persona engañada son consecuencias de sus actos.El camino para continuar la relación: El perdón Qué es el perdón Hay consenso en considerar que perdonar consiste en un cambio de conductas destructivas voluntarias dirigidas contra el que ha hecho el daño, por otras constructivas. Algunos consideran que perdonar no solamente incluye que cesen las conductas dirigidas contra el ofensor, sino que incluye la realización de conductas positivas Qué no es perdón Debido a que perdón es una palabra muy cargada ideológicamente, proponer los pacientes que realicen un proceso de perdón puede llevar a malos entendidos y por ello es necesario discutir con ellos qué es y qué no es el perdón que se propone. Algunos de los puntos que puede ser necesario aclarar son los siguientes: El perdón no incluye obligatoriamente la reconciliación. El perdón se da en varios niveles y, por tanto, no implica necesariamente la reconciliación con la persona, porque la reconciliación es un proceso de dos, mientras que el perdón es un proceso personal. Por tanto, el perdón no supondrá nunca restaurar la relación con alguien que con mucha probabilidad pueda volver a hacer daño. El perdón no implica olvidar lo que ha pasado. El olvido es un proceso involuntario que se irá dando, o no, en el tiempo. Solamente implica el cambio de conductas destructivas a positivas hacia el ofensor, tal y como se ha indicado. El perdón no supone justificar la ofensa que se ha recibido ni minimizarla. La valoración del hecho será siempre negativa e injustificable, aunque no se busque justicia o se desee venganza. Las fases que se siguen en la exposición del camino general que lleva a la reconstrucción de la pareja son: Evaluación de la pareja y de la infidelidad. La desactivación de las reacciones emocionales iniciales. El proceso de perdón, que puede ser unilateral o bilateral. Durante este proceso se toma la decisión de separarse o de luchar por la pareja y reconstruirla. En este último caso, se pasa a la fase siguiente. La reconciliación y reconstrucción de la pareja. Con la reescritura del contrato base y el establecimiento de los métodos de control para su cumplimiento y el reestablecimiento del vínculo y el amor en la pareja. Evaluación de la pareja y de la infidelidad La valoración general de la pareja se hace teniendo en cuenta su funcionamiento en la situación actual, y también es revelador e importante estudiar el contexto en el que se ha constituido y se ha desarrollado la pareja, cómo se originó y cómo ha ido evolucionando. En la evaluación general de la pareja, es preciso estudiar cómo se ha establecido el contrato sobre el que se constituyó y qué creencias implícitas tiene cada miembro sobre él. Para hacerlas explícitas, hay que tener en cuenta, las creencias religiosas de cada uno de los miembros y como esas creencias se plasman en la práctica. El proceso hacia la reconciliación: pedir perdón y ser perdonado Lógicamente para que se dé la reconciliación son precisos los dos procesos. Para el infiel, si se plantea la posibilidad de seguir con la pareja y quiere apostar por ella, pedir perdón es la única opción que tiene. Pedir perdón no significa humillarse, ni que tenga que aceptar un castigo eterno para el resto del tiempo que estén juntos, sino que le merece la pena abrir la posibilidad de la reconciliación y la reconstrucción de la pareja, reconociendo que no ha obrado bien y haciendo él mismo el proceso difícil de pedir perdón. El proceso de pedir perdón El perdón es uno de los elementos fundamentales de muchas religiones y movimientos espirituales Para los cristianos, Cristo vino al mundo a perdonar los pecados de todos los hombres. La petición de perdón la ha articulado la religión católica en una serie de pasos dentro de la administración clásica del sacramento de la penitencia: examen de conciencia, dolor de corazón, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. Profundizando en esta línea y dejando a un lado las connotaciones ideológicas y religiosas del perdón, desde un punto de vista terapéutico la petición de perdón se puede hacer siguiendo los siguientes pasos: Reconocer que lo que hizo causó daño u ofendió al otro No es obvio que el infiel sea plenamente consciente del daño que ha hecho y del sufrimiento que está teniendo su pareja Sentir de verdad el dolor del otro Para pedir perdón es preciso ser consciente de que se ha hecho un daño importante al otro. Ponerse en su lugar y acercarse a sus sentimientos puede llegar ha hacer sentir de verdad el dolor del otro. Analizar su propia conducta Para la persona que ha cometido la infidelidad, saber como y por qué hizo lo que hizo, es interesante en sí mismo. Compartir ese conocimiento con la otra persona es un paso necesario para avanzar en el proceso de pedir perdón y llegar a la reconciliación. Tiene que analizar también los posibles motivos para su infidelidad, que pueden estar relacionados con debilidades en la pareja. Definir un plan de acción concreto para que nunca vuelva a ocurrir y compartirlo con el otro es el siguiente paso para la reconciliación. El plan tiene como objetivo la disminución de la probabilidad de que se dé de nuevo la infidelidad. En este paso se incluye la ruptura de la relación con el tercero. Es conveniente hacerla demostrando a la pareja que la ruptura es real, por ejemplo, con una llamada o con una carta de las que sea testigo la pareja. La petición de perdón ha de ser explícita, para que quede claro el propósito de seguir adelante, de aceptar las responsabilidades y de comprometerse con la continuidad y reconstrucción de la pareja. Realizar un acto simbólico en el que se pida perdón al ofendido es importante para que el perdón quede muy claro. El principal daño que se ha hecho ha sido la ruptura de la confianza y es en lo que más ha de esforzarse en reconstruir. Los tres primeros pasos en el proceso de pedir perdón se dan en la fase de análisis de lo ocurrido. En la búsqueda de la información de lo que ha pasado, para el traicionado es inevitable establecer una comparación entre sí mismo y el tercero; porque la infidelidad ha puesto en cuestión la imagen que le devuelve la pareja como la persona más deseable, cariñosa, etc. del mundo. Puede ocurrir que el traicionado tenga una dependencia muy considerable del concepto de la pareja para su propio concepto. La reconstrucción de la confianza es un reto importante. Una propuesta para conseguirlo es que el que ha traicionado permita un control absoluto de sus acciones para asegurar al otro su fidelidad, mientras que el traicionado solamente ejerza el derecho que le han dado en casos extremadamente claros.

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