jueves, 11 de octubre de 2012

LA DULCE ESPERA.

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” Hebreos 11:1. Si yo tengo un hijo enfermo, yo no se nada de medicina, pero lo que hago es llamar al doctor y poner la vida de mi hijo en las manos de ese Doctor. Cuando lo llevo al Doctor hay en mi una seguridad de que el médico tiene el suficiente conocimiento para manejar ese problema y no voy a interferir en ese trabajo, solo me siento a esperar y tengo la certeza de que sus conocimientos arrojarán luz sobre ese problema. Pues , con mucha más razón debo manejar las cosas espirituales con certeza sabiendo que el Creador tiene toda la sabiduría necesaria para resolver los más grandes conflictos de la vida. La certeza que viene de la fe que Dios da, viene al entender que Dios realmente es el creador de todo y que nada escapa de su mano. Galatas 2.20: He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. Hoy tenemos una gran lección del poder que se experimenta cuando el pueblo alaba y glorifica al señor, no hay nada que pueda asustar y amedrentar a un pueblo que sabe en quien ha creído y a quien le ha creído, los enemigos eran fuertes, pero ellos sabían que Dios era mas fuerte, nuestros problemas hoy, las angustias de hoy y las soledades son muy grandes, pero mas grande es nuestro Dios. ¿Qué tal si fracaso? ¿Y qué si pierdo? ¿Qué tal si él me odia? ¿Y qué si ella me grita? Este es el tipo de preguntas que a menudo pasan por nuestra mente cuando nos enfrentamos a decisiones difíciles o a circunstancias penosas. SI hablamos o decimos algo que no es bueno, ¿cómo reparamos el daño? Si actuamos con mucha precipitación y luego fallamos, ¿cómo le miraremos a los ojos de nuevo a nuestros seres queridos? Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” O sea que, Vivir por fe es: “Vivir con la certeza de que: Lo que esperamos, a pesar de no verlo, lo tenemos” Pero no solo es tener la certeza de que lo que esperamos, a pesar de no verlo, lo tenemos, sino que además, ¡lo tenemos ya! Pero como puedo estar seguro de que lo que estoy esperando a pesar de no verlo, supuestamente, ¡ya lo tengo¡ Cuando nuestra mente es renovada por el Espíritu Santo, debemos de llevar todo nuestros pensamientos cautivos, a la obediencia a Cristo Jesús, y El es el autor y consumador de la Fe; por lo que nuestra vieja manera de pensar, tiene que cambiar también, ya que ahora tenemos la mente de Cristo. Siempre, admiré a las personas a las personas que sean detallistas; aquellas que realizan las tareas de manera casi perfecta. Son personas de buen gusto, que tienen paciencia para volver a hacer un trabajo dos, tres o más veces si es necesario; son las que sienten gran satisfacción cuando terminan un proyecto. En verdad, por más sencillo que sea el trabajo, debemos hacerlo de la mejor manera posible. Si ponemos amor en aquello que hacemos, habrá una diferencia muy grande en el producto de nuestro trabajo. Tú tienes la vida por delante. Colócate el propósito de realizar la mejor manera todo lo que te venga a las manos por hacer. Dios te bendecirá

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