martes, 25 de junio de 2013

LA IGLESIA ANTE LAS SECTAS

DOCUMENTO CONCILIAR Nº 16 LA IGLESIA ANTE LAS SECTAS Y OTROS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS 1. El avance y proliferación de las sectas y otros movimientos religiosos, con sus graves consecuencias para la fe y la auténtica vida cristiana, impulsan a este Concilio Plenario de Venezuela a un profundo discernimiento sobre estos fenómenos. 2. Se trata del deber de “confirmar a nuestros hermanos” en la fe (Cf. Lc 22,32). Animados por “el mandato de la caridad que procede de un corazón limpio, de una conciencia recta y de una fe sincera” (1 Tm 1, 6), sentimos el deber de conservar el depósito de la fe (Cf. 1 Tm 6, 20; 2 Tm 1, 12.14) que hemos recibido para transmitirlo a las nuevas generaciones. Como Iglesia escuchamos nuevamente la exhortación del apóstol: “Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo” (2 Tm 4, 2); él mismo nos invita a ser capaces de “exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tt 1, 9). 3. La exhortación Ecclesia in America afirma que “la acción proselitista, que las sectas y nuevos grupos religiosos desarrollan en no pocas partes de América, es un grave obstáculo para el esfuerzo evangelizador” (EA 73). 4. En el presente documento nos proponemos considerar el avance de las sectas y los nuevos movimientos religiosos y analizar las causas de esta situación; iluminar esta realidad desde la luz de la fe, lo que nos permitirá proponer algunos desafíos y orientaciones pastorales con el fin de promover una evangelización más extensa y profunda de nuestro pueblo y consolidar su identidad católica y su alegría de pertenecer a laIglesia. 1.1. El avance de las sectas y otros movimientos religiosos 5. La inmensa mayoría de los hombres y mujeres de Venezuela profesan la fe cristiana de acuerdo a la tradición católica occidental, gracias a la evangelización cinco veces centenaria. 6. Tradicionalmente nuestras Cartas Magnas han establecido, entre las bases de la relación ciudadana, el respeto y la libertad de cultos, recogiendo la actitud hospitalaria y respetuosa propia del venezolano1. Por ello, siempre ha habido en Venezuela una gran tolerancia para las diversas confesiones de fe, cristianas o no. En este sentido, esta situación es acorde al derecho de cada persona a la libertad religiosa, fundado en la misma dignidad de la persona humana y proclamado por el Concilio Vaticano II2. 7. Desde los inicios de la evangelización y hasta la primera mitad del siglo XX ha habido una convivencia relativamente pacífica con otras confesiones cristianas de la época, que eran principalmente de las de antigua tradición occidental presentes en el Viejo Mundo. 8. Sin embargo, desde la década de 1960, se ha hecho muy notable la presencia de agrupaciones y dinamismos religiosos de nuevo cuño, a las que se les conoce generalmente como sectas y nuevos movimientos religiosos. Su notable crecimiento, fenómeno que se da también en otros países de la geografía latinoamericana, ha llevado a los obispos a hablar de “invasión de las sectas” (DP 419) y a considerarlo un problema de “proporciones dramáticas” que “ha llegado a ser preocupante sobre todo por su creciente proselitismo” (SD 139). 1 Cf. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) Artículo 59. 2 Cf. DH 2 y 8. 9. El avance de las sectas se ha caracterizado por un proselitismo agresivo y por un antagonismo áspero contra la Iglesia católica, por lo cual se ha hecho muy difícil el diálogo con ellas. 10. No son pocos los católicos que han sido conquistados por estos grupos. La falta de una sólida formación cristiana, el débil sentido de pertenencia a la Iglesia, la precaria atención de ésta para con los alejados y el escaso compromiso de no pocos laicos en el cumplimiento de sus deberes religiosos, han creado las condiciones propicias para el éxito del proselitismo de las sectas y del atractivo de los nuevos movimientos religiosos. 11. No obstante el preocupante número de deserciones, la mayoría de nuestro pueblo ha permanecido en su fe católica, gracias al deseo de confesar la fe que tradicionalmente ha recibido de su familia y de la religiosidad popular, a la formación doctrinal y al compromiso apostólico. 12. En diversas circunstancias, los pastores de la Iglesia han puesto de manifiesto su preocupación frente al avance de las sectas y otros movimientos religiosos. A este respecto, merece especial mención la Instrucción Pastoral del Episcopado Venezolano sobre el Fenómeno de las sectas de 1988. 1.2. Las sectas y otros movimientos religiosos, una realidad compleja y diferenciada 13. Las sectas y otros movimientos religiosos no constituyen una realidad homogénea, ya que existen notables diferencias entre ellos en razón del modo como se organizan, las doctrinas que profesan y difunden, los intereses que mueven su actuar y su relación con el conjunto de la sociedad. Podemos distinguir tres grandes grupos o corrientes dentro de los mismos: las sectas fundamentalistas, los nuevos movimientos religiosos y los grupos animistas. 1.2.1. Las sectas fundamentalistas cristianas o pseudocristianas 14. La palabra secta tiene cierto sabor peyorativo, pero como lo han puesto de manifiesto diversos estudios, otras expresiones resultan igualmente inadecuadas3, por lo cual en este documento se escoge el término que resulta más conocido al pueblo fiel que las designa como tales. 15. Por consiguiente, al hablar aquí de sectas hacemos referencia a grupos que se separan de las grandes religiones o que se constituyen en torno a un líder que propone pensamientos filosóficos o pseudoreligiosos. Se caracterizan generalmente por el exclusivismo, sincretismo, secretismo, proselitismo, salvacionismo, separacionismo, entre otros4. 16. Existe en Venezuela gran diversidad dentro de este conglomerado de sectas fundamentalistas como los Testigos de Jehová, los Mormones, la Iglesia Universal, las Nuevas Tribus. Están presentes algunas sectas con fuerte inclinación mercantilista o empresas socio-religiosas (Cf. SD 147) como la Secta Moon, la Oración Fuerte al Espíritu Santo, la Nueva Acrópolis, entre otras. 17. Hay que reconocer en ellas que dan a las personas un sentido de comunidad, y en esto reside gran parte de su atractivo. Son capaces de dar orientación a la vida y, a veces, también una ayuda muy concreta. En algunos casos, resulta notable su capacidad para liberar a las personas de algunas pesadas cargas, como el alcoholismo o la drogadicción, y para solidificar las estructuras familiares. ____________________________________ 3 Cf. SANPEDRO F. - ESCOBAR J., Las sectas: análisis desde América Latina, CELAM, Bogotá 2003, p. 163. 4 Cf. SANPEDRO F. - ESCOBAR J., Las sectas: análisis desde América Latina, CELAM, Bogotá 2003, p. 185. 18. En otros casos, por el contrario, pueden ejercer una influencia alienante de la familia y de la propia cultura, sobre todo cuando influyen por medio del dinero, el temor, ejercen presiones indebidas que lindan en el acoso, o coartan la libertad de conciencia con una doctrina religiosa rígidamente autoritaria y un riguroso moralismo; siendo así que a las auténticas añoranzas de saciar el hambre de Dios que tienen las personas, las sectas responden generalmente con ofertas estrechas e insuficientes. 19. Entre estas agrupaciones encuentran un lugar importante las sectas separadas de las comunidades eclesiales procedentes de la Reforma o constituidas al margen de ellas, las cuales “insisten en que sólo la fe en Jesucristo salva y que la única base de la fe es la Sagrada Escritura, interpretada de manera personal y fundamentalista, por lo tanto con exclusión de la Iglesia, y la insistencia en la inminencia del fin del mundo y del juicio próximo. Se caracterizan por su afánproselitista mediante insistentes visitas domiciliarias, gran difusión de biblias, revistas y libros; la presencia y ayuda oportunista en momentos críticos de la persona o de la familia, y una gran capacidad técnica en el uso de los medios de comunicación social. Cuentan con una poderosa ayuda financiera proveniente del extranjero y del diezmo que obligatoriamente tributan todos los adheridos... Aunque su compromiso con lo temporal es débil, se orientan hacia la participaciónpolítica encaminada a la toma del poder” (SD 140). En Venezuela varias de las sectas cuentan con importante apoyo financiero, y son fomentadas con fines políticos. 20. Estas sectas difunden contenidos muy característicos, no pocas veces diversos o incluso opuestos a la doctrina que enseña la Iglesia católica (negación de la virginidad de María, culto de las imágenes, descrédito del ministerio ordenado). En muchas oportunidades hacen interpretaciones erradas de la Sagrada Escritura que, incluso, enarbolan como bandera de batalla contra la Iglesia Católica. 21. Entre sus actitudes se pueden destacar: la acogida muy intensa y afectuosa, por la cual las personas se sienten valoradas; un culto participativo y emotivo; el sentimentalismo, por el cual lo afectivo juega un papel muy importante y se utiliza de manera incluso desproporcionada; el temor y la presión ejercidos sobre los miembros, de cara al cumplimiento de sus deberes y a su responsabilidad en la predicación; la instrumentalización de la salvación según la dinámica de la ofertademanda, la cual dependerá del mayor o menor compromiso con la causa del grupo; compensación material, ofreciendo la consecución de la felicidad temporal, a cambio de una retribución monetaria entregada a la organización; el ataque frontal a la Iglesia Católica, criticando absolutamente toda su doctrina, sus instituciones, sus prácticas y todo lo que tiene que ver con ella. 22. Otra característica de algunos grupos como las Nuevas Tribus, presentes entre comunidades indígenas, es la implantación de una cultura foránea que atenta contra la identidad nacional5; y que culpabiliza a las culturas indígenas, favoreciendo procesos de transculturación y pérdida de identidad. 1.2.2. Los nuevos movimientos religiosos influenciados por la Nueva Era, el gnosticismo y las religiones orientales 23. Con la expresión nuevos movimientos religiosos se entiende aquí algunos “hechos socio-culturales protagonizados por sectores marginados y también capas medias y pudientes en América Latina, que a través de formas religiosas generalmente sincréticas logran expresar su identidad y anhelos humanos (SD 147). ___________________________ 5 Cf. Nota de Prensa, El Episcopado Venezolano ante el fenómeno de las sectas, Caracas 19-11-1987, en CEV, Compañeros de Camino, Cartas, instrucciones y mensajes de la Conferencia Episcopal, tomo II, 200. 24. Estos movimientos, por lo general, enfatizan la espiritualidad y generan una separación entre la vida privada y la social, a pesar de que algunos se adhieren al pacifismo y al ecologismo en forma poco concreta. Son flexibles en doctrina, incluso en la moral. En general no forman comunidades ni agrupaciones formales, por lo que toleran fácilmente la pertenencia simultánea a varios grupos religiosos. 25. Se trata de agrupaciones o corrientes de pensamiento que inspirados en formas esotéricas buscan un conocimiento especial, una iluminación sobre problemas álgidos, con la pretensión de compartir conocimientos mistéricos secretos. En esta clasificación se inscriben las corrientes espiritistas, rosacruces, cienciología, dianética, gnósticos, teosofía, entre otras (Cf. SD 147). Muchos venezolanos que se confiesan católicos asumen, sin embargo, creencias de estos movimientos como la reencarnación, la consulta de horóscopos, el uso de amuletos, el recurso aterapias pseudorreligiosas. 26. Existen también grupos inspirados en las religiones orientales, en particular el hinduismo y el budismo, que echan raíces en ciertos sectores de nuestra sociedad, y que expresan un deseo de paz interior, de dominio de sí, de meditación. Se inspiran en metafísicas orientales. Algunos de estos grupos fomentan estilos de vida comunitarios inspirados en el monacato de estas religiones. 27. La sed espiritual de muchas personas de nuestro tiempo cree encontrar una respuesta en los nuevos movimientos religiosos, que ejercen un gran atractivo sobre algunos cristianos debido, en parte, a una falta de atención seria de la Iglesia a la importancia de la dimensión espiritual y mística del hombre, a la búsqueda del sentido de la vida, a la vinculación entre los seres humanos y el restode la creación, y al rechazo de una visión racionalista y materialista de la humanidad. 28. La Nueva Era atrae a personas imbuidas de algunos valores de la cultura moderna y posmoderna como la libertad, la autenticidad, la autosuficiencia, entre otros, que considera sagrados. El individualismo y el rechazo a pertenecer a comunidades institucionales crean un distanciamiento de la Iglesia, y una espiritualidad alternativa. “Aun cuando se pueda admitir que la religiosidad de la Nueva Era en cierto modo responde al legítimo anhelo espiritual de la naturaleza humana, es preciso reconocer que tales intentos se oponen a la revelación cristiana”. 29. Aunque este movimiento no se presenta como directamente contrario al cristianismo, y para algunas personas sus postulados pueden compaginarse con la fe cristiana, “no debemos engañarnos pensando que ese movimiento pueda llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, es decir, esa postura del espíritu que, en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba por tergiversar su Palabra sustituyéndola por palabrasque son solamente humanas”7. En este sentido, la Nueva Era tiende a usar un lenguaje equívoco y ambiguo para atraer a las personas, por lo que crea confusión en muchos católicos. 30. Aunque los nuevos movimientos religiosos pretenden ayudar a las personas a reducir sus tensiones interiores y a dar un sentido a la vida, generalmente causan confusión religiosa, desorientación moral e indiferencia con respecto a cuestiones sociales. ___________________________________ 6 CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA - CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIALOGO INTERRELIGIOSO, Jesucristo, portador del agua de la vida. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”, punto 1.4. 7 JUAN PABLO II, Cruzando el umbral de la esperanza, Plaza & Janés, Barcelona 1994, pp. 103-104. 1.2.3. Los grupos animistas con un fuerte sincretismo 31. Como fruto del mestizaje cultural y religioso, hay bastantes católicos que han incorporado en su religiosidad creencias ancestrales de grupos animistas tanto de raíces indígenas como afroamericanas (Cf. PPEV 34-36). Se ha llegado a un fuerte sincretismo, que convive acríticamente con la fe cristiana, en cuanto que muchos de estos grupos no profesan una doctrina definida ni forman comunidades visibles y contaminan la fe de quienes no poseen una buena formación cristiana. 32. Entre los grupos animistas presentes en Venezuela se pueden nombrar el culto a María Lionza, la Santería o Religión Yoruba, la comunidad de Umbanda, los paleros, el vudú, entre otros, y a los que algunos fieles cristianos acuden sin encontrar contradicción con su fe católica. 33. Especial mención merece la Santería, importada recientemente a nuestro país, fruto de un déficit en la evangelización de los esclavos negros en las Antillas, que dio como resultado una religión ancestral con apariencia cristiana con sus respectivas devociones y ritos, que fueron asumidos para enmascarar las divinidades y cultos de religiones africanas. 34. Fomentan la creencia en la relación del ser humano con fuerzas espirituales superiores a él, de las cuales tratan de obtener ayuda y guía en la vida por medio de ciertos rituales y por la mediación de personas que pretenden tener dones espirituales especiales. Los rituales y consultas pueden tener costos monetarios importantes. 35. Al igual que los nuevos movimientos religiosos, estos grupos no ofrecen mayor sentido de comunidad y son tolerantes en cuanto a la participación en cultos diferentes. Por lo general, mantienen frente a la Iglesia Católica una actitud distante, pero a veces respetuosa, e integran prácticas y devociones propias de la Iglesia, dándoles un sentido diferente. A veces incluyen la veneración de espíritus del mal explícitamente reconocidos como tales. 36. Estos grupos creen que se puede entrar en contacto con espíritus, ánimas y fuerzas sobrenaturales ocultas (DP 1105); profesan un maniqueísmo que divide la realidad en espíritus buenos y malos. Mediante ritos de diversos géneros, en los cuales se integran indiscriminadamente devociones católicas, sacrificios de animales, y por la mediación de personas supuestamente dotadas de poderes, se intenta obtener beneficios de las fuerzas espirituales. 37. Sus cultos son esencialmente pragmáticos y utilitarios, buscan proporcionar a sus devotos un alivio y ayuda, que no encuentran ni en esferas profanas ni en las religiones oficiales, y les dotan de símbolos y creencias que les permiten dar sentido a sus conflictos, desde una visión sacralizante del mundo. Se valora la magia, y se promueve un ritualismo rígido que ofrece a sus practicantes una gran confianza en la solución sobrenatural de sus problemas, la curación de sus enfermedades, la suerte en los negocios y el bienestar en los conflictos. 38. Últimamente han surgido sectas satánicas con rituales y sacrificios propios, que atraen principalmente a la población joven y causan un gran daño. 1.3. Causas del avance de las sectas y otros movimientos religiosos 39. “Los avances proselitistas de las sectas y de los nuevos grupos religiosos en América no pueden contemplarse con indiferencia. Exigen de la Iglesia en este Continente un profundo estudio, que se ha de realizar en cada nación y también a nivel internacional, para descubrir los motivos por los que no pocos católicos abandonan la Iglesia” (EA 73). Atendiendo a este llamado, nos proponemos identificar algunas de las causas del avance de las sectas y de los otros movimientos religiosos. 40. En el ámbito antropológico: Entre las necesidades que la gente busca satisfacer en las sectas y otros movimientos religiosos se encuentran, en el nivel afectivo, la vivencia comunitaria, el calor humano, encontrarse a sí mismo, elevar la autoestima, conocerse a profundidad, búsqueda de integración de sí mismo y de realización personal, salir del anonimato, participación, compromiso y sentirse útiles. Por otro lado, en el nivel intelectual, la búsqueda de respuestas ante situaciones confusas, la claridad religiosa y la visión de futuro y de esperanza. Y en el nivel espiritual, la necesidad de guías y acompañantes espirituales, la búsqueda de la trascendencia y de experiencias espirituales y la necesidad de contacto con lo sagrado y lo divino. 41. En el ámbito social: Las promesas hechas por estos grupos religiosos de alcanzar la felicidad casi mágicamente, la solución súbita de los problemas, el logro de riquezas materiales o espirituales por la práctica de algunos ritos religiosos o pseudoreligiosos, la búsqueda de respuestas a algunas situaciones como la disgregación familiar, el aislamiento y el desamparo, atraen a muchos católicos e influyen muchas veces en la decisión de abandonar la confesión de su fe. Además, el fenómeno de las migraciones del campo a las zonas urbanas ha causado undesarraigo de las tradiciones religiosas y culturales, creando un vacío entre las ofertas institucionales de la Iglesia y las necesidades específicamente religiosas insatisfechas. 42. En el ámbito cultural: Aunque gran parte de estos grupos religiosos se presentan como una reacción frente a la cultura contemporánea, en muchos aspectos se revelan como hijos de esa misma cultura en la que predomina un acentuado relativismo que diviniza o absolutiza la riqueza, el poder, el Estado, el sexo, el placer e incluso su propio ser o razón humana (Cf. P 491). La religión se reduce a intimismo y se propicia un culto a la humanidad, de manera que se prepara el terreno para una celebración de la sacralidad del yo. Por eso, algunos de estos movimientos comparten muchos de los valores que propugnan la cultura de la empresa y el mercantilismo religioso. 43. En el ámbito geopolítico: el interés de grandes grupos de poder que apoyan financieramente la difusión de las sectas y otros movimientos religiosos, buscando minar la unidad e identidad de nuestro pueblo alrededor de la fe católica, con el propósito de conquistar nuevos territorios, mercados, bienes y lugares de opinión por medio de proyectos económicos o políticos bien estructurados. 44. En el ámbito eclesial: Entre las causas del avance de las sectas y de los nuevos fenómenos religiosos entre los fieles cristianos hay que reconocer algunas debilidades y carencias en la acción pastoral de la Iglesia: el olvido de la centralidad de la Palabra de Dios en la vida de los bautizados; la no radicalidad en el seguimiento de Jesucristo; la grave escasez de agentes de pastoral; el débilsentido de comunidad en numerosas parroquias; la poca acogida y acompañamiento de los fieles por parte de sus pastores; algunos anti-testimonios en la conducta de pastores, agentes de pastoral y católicos en general; insuficiente interiorización de lo que se profesa formalmente, de manera que en momentos de crisis no se encuentra apoyo en lo profesado, y se buscan alternativas; falta deformación doctrinal; liturgias poco sentidas, a veces, inexpresivas, que no logran integrar la fe, los afectos y la vida; vivencia escasa y ritualizada de los sacramentos que los hace poco significativos; poca integración de la mayoría de los laicos en las actividades eclesiales tanto a niveles de planificación como de realización. 45. No ha habido un plan de acción orgánico ante el proselitismo de estas sectas. Quizás la conciencia de que la religión católica es la de mayor número de creyentes en el país y un cierto triunfalismo basado en eso, ha hecho que la reacción ante el avance de las sectas y nuevos movimientos religiosos, no haya sido ni oportuna ni programada. 46. Junto a estas causas del avance de las sectas, reconocemos con alegría las muchas fortalezas que posee la Iglesia Católica, que ya han sido señaladas en los diferentes documentos de este Concilio Plenario (Cf. PPEV 6-24; CIV 7-13; CIGNS 52-61), y que permite que la mayoría del pueblo siga profesando la fe católica. 47. En este sentido se pueden resaltar: las nuevas propuestas catequísticas, apertura a liturgias más festivas, difusión masiva de la Biblia, mayor presencia en los sectores más alejados a través de las pequeñas comunidades cristianas, promoción de movimientos eclesiales y de apostolado seglar que refuerzan la acción evangelizadora, estructuración de nuevas instancias eclesiales, resurgimiento de la vida contemplativa, mayor presencia de comunidades religiosas, aprecio cada vez más claro de la misión del laico en la Iglesia. 48. Además, es necesario reconocer el lugar primordial que ocupa la celebración eucarística en los momentos importantes de la vida de las personas y de las comunidades. La devoción a la Virgen María, en sus distintas advocaciones, ha sido y es una fortaleza del pueblo en la defensa de su fe. Igualmente las muchas tradiciones religiosas populares, como “la devoción al Nazareno, a la Virgen y a los santos; el uso de sacramentales; las procesiones, vía crucis, peregrinaciones; el respeto a los ministros sagrados; la petición de la bendición” (PPEV 6) hacen que el pueblo venezolano las considere como algo propio que lo identifica y que fortalece su fe. Otra señal de identificación de nuestro pueblo con la fe católica es el amor que se profesa al Papa, evidenciado en las dos visitas de Juan Pablo II a nuestro país. 2. JUZGAR: ILUMINACIÓN TEOLÓGICO PASTORAL 49. En este apartado se quiere ilustrar sobre los puntos donde las propuestas de las sectas y otros movimientos religiosos contrastan con la fe cristiana, no por mera oposición a las mismas, sino en la conciencia de que es necesario cumplir lo que nos pide el apóstol: “Estén siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que les pida razón de su esperanza. Pero háganlo con dulzura y respeto” (1 P 3,15-16). 50. La religiosidad natural del hombre que lo impulsa a la búsqueda de lo trascendente plantea a la Iglesia el desafío de iluminar, guiada por el Espíritu, la verdad con respecto al ser humano, a Dios y a la relación entre ambos, con una comprensión cada vez más profunda de la persona de Cristo y de su Cuerpo, la Iglesia. En este discernimiento, la Iglesia reconoce las semillas del Verbo que han sido diseminadas ampliamente entre las diversas religiones: “Cuanto hay de bueno y verdaderoentre ellos, la Iglesia lo juzga como una preparación del Evangelio” (LG 16). 51. Guiados por un profundo respeto hacia la conciencia de cada persona buscamos una convivencia fructífera con todos los que piensan diferente de nosotros; pero a la vez, fieles a nuestra propia fe, la presentamos libremente y fomentamos así el diálogo, el mutuo conocimiento y el respeto. No por esto nos inhibimos de la denuncia de todo aquello que en las sectas y otros movimientos religiosos pueda ser contrario a la verdad. 2.1. El hombre en búsqueda de la verdad: el sentido de lo religioso y lo sagrado. 52. Sumergido en diferentes preocupaciones y problemas, el hombre lleva en su corazón el deseo de buscar siempre la verdad. Puede trascender los fenómenos, comprendiendo la realidad y transformándola a través de la ciencia y de la técnica: “En virtud de su inteligencia, el hombre es superior al universo material” (GS 15). 53. El hombre experimenta múltiples limitaciones; y se siente, sin embargo, ilimitado en sus deseos y llamado a una vida superior. Siente en sí mismo la división, que tantas y tan graves discordias provoca en la sociedad. Ante las difíciles situaciones que le toca vivir se plantea las cuestiones más fundamentales de la existencia: “¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que a pesar de tantos progresos, subsisten todavía?... ¿Qué puede dar el hombre a lasociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?” (GS 10). A través de estas preguntas se pone de manifiesto la fundamental trascendencia del hombre en la búsqueda de la verdad y el bien. 54. En nuestra cultura contemporánea asistimos a un nuevo despertar de lo religioso y lo sagrado, que manifiesta la perenne búsqueda humana de la felicidad, del sentido de la vida y de la salvación. Agobiado por el creciente materialismo, el hombre busca incansablemente la espiritualidad que lo constituye como tal y lo vincula a todos los seres humanos y al resto de la creación. 55. Lo que conduce a una persona a las sectas u otros movimientos religiosos proviene, con frecuencia, de la aspiración auténtica de una espiritualidad más profunda, de algo que toque el corazón, de un modo de hallar sentido a un mundo confuso y a menudo alienante8. En esta búsqueda se puede descubrir una auténtica sed de Dios. Por eso dijo el Papa Juan Pablo II: “Los pastores deben preguntarse sinceramente si han prestado suficiente atención a la sed del corazónhumano en busca del ‘agua viva’ que sólo puede dar Cristo nuestro Redentor (Cf. Jn 3, 7-13)”9. 2.2. Dios viene al encuentro del hombre 56. El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque él ha sido creado por Dios y para Dios. En este sentido podemos afirmar que Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, ya que sólo en Él encontrará la verdad y la dicha que no cesa de buscar. 57. Las formas de búsqueda de Dios son tan extensas y están tan presentes en la humanidad que se puede llamar al hombre un ser religioso. Esa búsqueda, sin embargo, exige de él un esfuerzo de la inteligencia, rectitud de la voluntad y del corazón y de otros hombres que lo acompañen y guíen. 58. Dios puede ser conocido mediante la luz de la razón humana, porque el hombre ha sido creado a “imagen y semejanza de Dios” (Gn 1,26), y porque la misma creación es un camino para llegar a su Creador, puesto que lo que de Dios se puede conocer está manifiesto en sus obras (Cf. Sb 13,9; Rm 1,19). 59. Sin embargo, la limitación propia de la inteligencia humana, el pecado cometido y las condiciones históricas en las que realiza el hombre su existencia, hacen que esa tarea sea muy difícil, por lo cual necesita ser iluminado por la revelación de Dios,para que las verdades religiosas y morales puedan ser conocidas más fácilmente. 60. Al revelarse a sí mismo, Dios quiere hacer a los hombres capaces de responderle, conocerle y amarle, más allá de lo que serían capaces con sus propias fuerzas. Esta revelación, realizada mediante acciones y palabras íntimamente ligadas entre sí y que se esclarecen mutuamente (Cf. DV 2), lleva consigo una pedagogía divina particular: Dios se comunica gradualmente al hombre, lo prepara por etapas para acoger la revelación sobrenatural que hace de sí mismo y que culmina en la persona y la misión de Jesucristo: “Muchas veces y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas, en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo” (Hb 1,1-2). 61. Por eso nuestra fe en Dios no se basa en ideas o concepciones que nosotros nos hemos hecho de Él, sino en el modo como Él mismo se ha dado a conocer. En Cristo, hemos conocido que Dios es Uno y Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este es el misterio central de la fe y la vida cristiana. 62. Dios es un Ser personal, Trascendente, Creador y Providente, que nos ha sido revelado por Jesucristo. Creer que Dios es una “energía impersonal”, inmanente al mundo con el cual formaría una “unidad cósmica”, resulta incompatible con la concepción cristiana de Dios. ____________________________________________ 8 Cf. CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA - CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIALOGO INTERRELIGIOSO, Jesucristo, portador del agua de la vida. Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era, punto 1.5. 9 Mensaje de Juan Pablo II a un grupo de obispos de Estados Unidos (AAS 864, 330). 2.3. Jesucristo: “mediador y plenitud de toda la revelación” (DV 2) 63. Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo del Hombre, verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, en el misterio de su encarnación nos da a conocer el misterio de Dios. Jesús revela el rostro auténtico de Dios, porque “a Dios nadie lo ha visto jamás, sino el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, Él lo ha revelado” (Jn 1, 18). En efecto, “Jesucristo, Palabra hecha carne, ‘hombre enviado a los hombres’, habla las palabras de Dios y realiza la obra de salvación que el Padre le encargó. Por eso, quien ve a Jesucristo, ve al Padre. Él, con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, y sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelación y la confirma con testimonio divino” (DV 4). 64. “El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado... Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre, y le descubre la sublimidad de su vocación” (GS 22). Por eso reconocemos en Jesucristo “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 6). 65. El conocimiento de Jesucristo debe tener como consecuencia una entrega a Él. Sin embargo, nuestro pueblo venezolano, aun siendo profundamente religioso y conservando su identidad católica como algo que lo caracteriza (Cf. PPEV 16-17), en muchos casos no asume un compromiso sólido con Jesús. 66. San Pablo presenta la figura de Cristo como “imagen del Dios invisible” en quien reside toda la plenitud de Dios y por quien y para quien fueron creadas todas las cosas, y esta imagen plena de Dios es al mismo tiempo la cabeza del cuerpo que es la Iglesia (Cf. Col 1, 15-18). No obstante, la persona de Cristo es comprendida de diversas maneras por las sectas y otros movimientos religiosos: unos se acercan a la realidad de Jesús, otros la ignoran o la reducen sólo a la de un serexcepcional, a un iluminado con un conocimiento especial de Dios. 67. Gracias a Jesús, nacido de María, hemos sido constituidos hijos y herederos, y por eso con propiedad llamamos a Dios “Padre” (Cf. Ga 4, 1-10). Hijos en el Hijo, podemos conocer a Dios a través de Jesucristo, único salvador de los hombres y plenitud de la revelación. 2.4. “El Espíritu de la verdad les guiará hasta la verdad completa” (Jn 16,13) 68. El Espíritu de Dios, enviado por Jesús Resucitado a sus discípulos, los anima, guía y enriquece con sus gracias y dones (Cf. 1 Co 2,12). La palabra y predicación de la Iglesia no se basa “en persuasivos discursos de sabiduría, sino en la demostración del Espíritu y de su poder” (1 Co 2,4), porque “a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios... y nadie conoce lo más íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Co 2,10). 69. El Espíritu Santo infunde también su amor y sus dones a todos los hombres de cualquier pueblo y cultura: “Dios no hace acepción de personas, sino que en cualquier nación, el que le teme y practica la justicia le es grato” (Hch 10,34-35). 70. En muchas personas que adhieren a las sectas y otros movimientos religiosos hay una genuina búsqueda de lo espiritual, pero es necesario que la Iglesia los guíe hacia un serio discernimiento sobre lo que es de Dios: “Examinen si los espíritus son de Dios...” (1 Jn 4,1). Un criterio para descubrir la autenticidad del espíritu es el seguimiento a Jesucristo en novedad de vida. 2.5. La Iglesia 2.5.1. Evangelizadora y misionera 71. Jesús Resucitado confía a sus discípulos la misión de anunciar el Evangelio: “Vayan por todo el mundo y hagan discípulos a todas las gentes” (Mt 28,19). Por eso la vocación primordial de todos y cada uno de los miembros del Pueblo de Dios es evangelizar. La Iglesia existe para evangelizar (Cf. EN 14). 72. La evangelización parte de la certeza de que en Cristo hay “una inescrutable riqueza” (Ef 3,8) y, por lo tanto, su contenido es siempre “una clara proclamación que en Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salvación a todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios” (EN 27). Él es el centro del designio amoroso de Dios para los hombres y en Él recibimos todas las gracias (Cf. Ef 1,3-5). 73. En los umbrales del tercer milenio, el dinamismo evangelizador ha sido caracterizado como Nueva Evangelización, la cual nos exige un renovado ardor apostólico, que genere una mística, un entusiasmo incontenible en la tarea de anunciar el Evangelio, capaz de despertar la acogida de la Buena Nueva de salvación; métodos nuevos, llenos de imaginación y creatividad que, siempre bajola acción del Espíritu, ayuden a crear nuevos caminos para la evangelización; nuevas expresiones que hagan más cercano el Evangelio de siempre a las realidades culturales de hoy, un modo de hablar según la cultura y mentalidad de los oyentes y en concordancia con sus formas y modos de comunicación, que permita trasmitir la verdad perenne de Jesús (Cf. SD 28-30). 74. Mediante este dinamismo evangelizador, la Iglesia está llamada a generar un anuncio valiente y decidido de Dios, revelado en Cristo, que comunique la experiencia de su fe en Él; a provocar la conversión del corazón, de la vida, de modo que, descubriendo el llamado a la santidad, las personas se entreguen totalmente a Jesucristo; a alimentar y educar progresivamente la fe mediante la predicación y la catequesis; a formar comunidades vivas que perseveren en laoración, en la convivencia fraterna y celebren la fe y los sacramentos, cuya cumbre es la Eucaristía; a enviar como misioneros a los que recibieron el Evangelio, de manera que todos lo conozcan (Cf. DP 356-361). 75. En atención a esto, cada miembro de la Iglesia debe sentir como propio el compromiso misionero y anunciar a los demás la verdad sobre Cristo, sobre la Iglesia y sobre el hombre, de manera que se presente la auténtica doctrina cristiana de la salvación. 76. El don de la fe que hemos recibido, conocido y asumido debe ser anunciado y compartido con los demás: “No se enciende una vela para ponerla debajo de la mesa” (Mt 5, 15). La vocación misionera de cada cristiano derivada de su Bautismo lo lleva a manifestar las razones de su creer: el testimonio de sus palabras y acciones, así como su modo de ver la realidad, deben reflejar los principios y valores que sostienen su existencia. 77. El fruto de la evangelización será llevar al encuentro con Jesús y a su seguimiento, de modo que su mensaje cale hondo en el corazón de los pueblos, hombres y mujeres, a través de la conversión personal, el Bautismo y la incorporación a una comunidad que celebra y comparte su fe. 2.5.2. Comunidad de los creyentes 78. “Fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente... (Cristo) estableció un nuevo pacto, convocando un pueblo de judíos y gentiles, que se unificaran, no según la carne, sino en el Espíritu, y constituyera el nuevo pueblo de Dios” (LG 9). La Iglesia, Pueblo de Dios en fraternidad, es sacramento de salvación y de comunión para la misión evangelizadora (Cf. CIV 33-57). 79. Para la Iglesia Católica el sentido de la comunidad se fundamenta en el amor a Dios y al prójimo centrado en la persona de Cristo, que ha derrumbado todos los obstáculos que separaban a los seres humanos (Cf. Ga 3,27-28). La Iglesia, en efecto, es la reunión de todos los discípulos de Jesús Resucitado, unidos por la fe y el vínculo del amor (Cf. 1 Co 13,4-7; Ga 5,19-21). 80. La Iglesia es signo y expresión en sí misma de la comunión. Reflejo del amor trinitario de Dios, la Iglesia como familia de los creyentes recoge el anhelo de todos los hombres de ser reconocidos y amados como personas, y de vivir en fraternidad. Los sacramentos son medios que, comunicando la gracia de Dios, permiten la inserción de cada cristiano en la comunidad. Delante del individualismo que difunden la mayoría de los nuevos movimientos religiosos, los sacramentosexpresan, realizan y alimentan la fundamental estructura comunional del ser humano: la fe no se vive aisladamente, sino en comunidad. 81. Particularmente la Eucaristía es el sacramento de la comunión, en el que los creyentes comparten la palabra de Dios y el pan único y partido. La comunión en el Cuerpo y la Sangre de Cristo hace de la comunidad una familia unida a Jesús, “pan de Dios, que baja del cielo y da la vida al mundo” (Jn 6,33). La Eucaristía “significa y realiza la comunión de vida con Dios y la unidad del Pueblo de Dios por la que la Iglesia es ella misma” (CatIC 1325). 82. El Pueblo de Dios vive la comunión construyendo la fraternidad con la ayuda del Espíritu que infunde el amor en los corazones de los fieles. Al don de Dios debe acompañar el esfuerzo de crear comunidades más acogedoras, superando el anonimato y las relaciones funcionales, y la apertura de espacios de fraternidad y participación donde se valore a cada persona evitando así el vacío que es aprovechado por las sectas y otros movimientos religiosos. 83. La Iglesia en todas sus instancias ha de ser “casa y escuela de comunión” (NMI 43), por lo que se requiere una auténtica espiritualidad de comunión, que ayude a construir comunidades eclesiales vivas, misioneras, unidas por el amor y el servicio a los más necesitados. 2.5.3. La celebración de la fe 84. La celebración adecuada e inculturada de la fe es una parte fundamental de la identidad religiosa y de su desarrollo, especialmente en lo que toca a lo simbólico y afectivo de las culturas y de las personas. Una celebración tiene más fruto en la medida en que es más viva y participativa. 85. Los católicos consideramos la liturgia “como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y cada uno a su manera realiza la santificación del hombre” (SC 7). En este sentido, “contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida y manifiesten a los demás el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia” (SC 2). 86. Entre nuestra gente, la religiosidad popular llega a ser, para muchas personas y comunidades, la forma ordinaria de mantener, cultivar y celebrar su relación con Dios (CMF 48). “La religiosidad popular…en cuanto contiene encarnada la palabra de Dios”, tiene la capacidad de congregar multitudes y constituye “una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo” (DP 450). 87. “Se requiere conocer los símbolos, el lenguaje silencioso, no verbal, del pueblo, con el fin de lograr un diálogo vital, comunicar la Buena Nueva” (DP 457), para lograr la evangelización de la misma religiosidad, que lleve a un encuentro vivo con Jesucristo en las celebraciones que el pueblo hace de su fe. 88. “Los pastores de almas deben vigilar para que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente” (SC 11), en la línea de lo que afirma San Pablo: “Estén siempre alegres, oren constantemente. En todo den gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de ustedes. No extingan el Espíritu... Examínenlo todo, quédense con lo bueno” (1 Ts 5,19). 89. El abandono de no pocos fieles católicos de nuestra comunidad eclesial y la escasa asistencia a las celebraciones litúrgicas plantean la necesidad de una mayor participación y preparación de las mismas, asumiendo el reto de una mayor inculturación de la liturgia con creatividad pastoral. 2.5.4. Hacia una pastoral de comunión y participación 90. Al identificar los motivos por los que no pocos católicos abandonan la Iglesia, es oportuno hacer una revisión de los métodos pastorales empleados, de modo que “cada Iglesia particular ofrezca a los fieles una atención religiosa más personalizada, consolide las estructuras de comunión y misión, y use las posibilidades evangelizadoras que ofrece una religiosidad popular purificada, a fin de hacer más viva la fe de todos los católicos en Jesucristo, por la oración y la meditación de la palabra de Dios” (EA 73). 91. En este sentido, el Concilio Plenario ha planteado la necesidad de renovar las actuales instancias y organismos para que puedan ser expresiones más eficaces de la comunión en la misión y, al mismo tiempo, propiciar el surgimiento de nuevas instancias que respondan a los nuevos retos (Cf. ICM 151-152). 92. Aunque “la tarea evangelizadora es de todos, con todos y para todos” (ICM 85), “se observa todavía un marcado clericalismo de la institución eclesiástica y en buena parte del pueblo sigue arraigada la mentalidad de una Iglesia fundamentalmente jerárquica y de un laicado pasivo” (LCV 40). 93. Por este motivo es urgente la revalorización del laicado católico y la promoción de su protagonismo como Iglesia en la sociedad, para lo cual se necesita su formación bíblica y misionera. De este modo los laicos católicos vivirán más a fondo el compromiso de su consagración bautismal. 2.5.5. María: madre de la Iglesia y modelo de misionera 94. La Virgen María está “unida a Cristo con un vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma prerrogativa de ser la madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre, y sagrario del Espíritu Santo... Es verdadera madre de los miembros (de Cristo) por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella cabeza” (LG 53). Por esto María es, a la vez, “Madre de Dios, Madre de Cristo y Madre de los hombres” (LG 54). 95. “La fe de María se convierte sin cesar en la fe del Pueblo de Dios en camino: de las personas y comunidades, de los ambientes y asambleas, y finalmente de los diversos grupos existentes en la Iglesia. En una fe que se transmite al mismo tiempo mediante el conocimiento y el corazón” (RM 28). 96. María es verdaderamente madre de la Iglesia. “Se trata de una presencia femenina que crea el ambiente familiar, la voluntad de acogida, el amor y el respeto por la vida. Es presencia sacramental de los rasgos maternales de Dios. Es una realidad tan hondamente humana y santa que suscita en los creyentes las plegarias de la ternura, del dolor y de la esperanza” (DP 291). 97. “María madre despierta el corazón filial que duerme en cada hombre. En esta forma nos lleva a desarrollar la vida del bautismo por el cual fuimos hechos hijos, simultáneamente ese carisma maternal hace crecer en nosotros la fraternidad. Así María hace que la Iglesia se sienta familia” (DP 295). Por esto la devoción y el cariño que el pueblo venezolano tributa a María ha sido y es una fortaleza en la defensa de su fe. 98. María es modelo de misionera porque de ella ha venido “la más fecunda evangelización de los pueblos” (DP 294). Además ha estado siempre presente en el anuncio de la fe en todo el continente americano, y en Venezuela, en sus advocaciones de Coromoto, Chiquinquirá, Divina Pastora, Virgen del Valle, y otras. 3. ACTUAR: DESAFÍOS Y ORIENTACIONES PASTORALES 3.1. DESAFÍOS 99. Ante el avance de las sectas y otros movimientos religiosos, como Iglesia nos sentimos interpelados a dar una respuesta pastoral eficaz mediante una Nueva Evangelización que incluya: conocimiento del fenómeno de las sectas y otros movimientos religiosos, lo cual exige convivencia y diálogo, así como medidas idóneas para enfrentar los desafíos planteados por doctrinas fundamentalistas anticatólicas; formación de los laicos católicos; y un plan de evangelización yacompañamiento pastoral, que contemple el fortalecimiento de la vivencia personal y comunitaria de la fe así como la renovación de las celebraciones litúrgicas. 100. Desafío 1: Favorecer un conocimiento del fenómeno de las sectas y otros movimientos religiosos, especialmente mediante la convivencia y el diálogo. 101. Desafío 2: Promover una sólida formación en todos los miembros de la Iglesia y llamarlos a la necesaria vigilancia. 102. Desafío 3: Sistematizar un plan de evangelización y acompañamiento pastoral que apunte al fortalecimiento de la vivencia personal y comunitaria de la fe. 3.2. ORIENTACIONES PASTORALES: 3.2.1. Desafío 1: Favorecer un conocimiento del fenómeno de las sectas y otrosmovimientos religiosos, especialmente mediante la convivencia y el diálogo. 103. Dar a conocer la realidad de las sectas y otros movimientos religiosos en nuestro país, a fin de saber en qué consiste su fenómeno, cuáles son su extensión, la doctrina que enseñan, las actitudes injustas que promueven contra la Iglesia y los daños que pueden causar a las personas. 104. Realizar, desde cada parroquia, un estudio, lo más exhaustivo posible, del número de sectas, sus centros de culto y sus adherentes. 105. Reinterpretar la religión de nuestro pueblo para que no se produzca un vacío que sea ocupado por las sectas y otros movimientos religiosos, los mesianismos secularizados, el consumismo que produce hastío, la indiferencia o el pansexualismo pagano: lo que no se asume en Cristo, no es redimido (Cf. DP 469). 106. Potenciar el diálogo con estos grupos religiosos, en orden a la creación de una sociedad más tolerante y solidaria, partiendo de los elementos positivos que en ellos se encuentran, por analogía con lo señalado por la Declaración del Concilio Vaticano II Nostra Aetate con respecto a las religiones no cristianas: “La Iglesia católica nada rechaza de lo que en estas religiones hay de verdadero y santo. Considera con sincero respeto los modos de obrar y vivir, los preceptos ydoctrinas, que, aunque discrepan en muchos puntos de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres” (N° 2). 3.2.2. Desafío 2: Promover una sólida formación en todos los miembros de la Iglesia y llamarlos a la necesaria vigilancia. 107. Propiciar procesos de formación para la obtención de conocimientos más sólidosespecialmente en los contenidos de la doctrina cristiana, principalmente de aquélla que es puesta en tela de juicio por las sectas y otros movimientos religiosos (CIGNS 107; LCV 102-104; ICM 166-170). 108. Promover una pastoral bíblica continua y permanente en todos los ambientes de la comunidad. Propiciar experiencias de lectura orante de la palabra de Dios. 109. Desarrollar de forma sistemática una catequesis que explicite gradualmente el misterio de Jesucristo, Dios y hombre verdadero, su persona, su mensaje, sus obras, su proyecto de fraternidad; y el misterio de la Iglesia, sacramento de salvación y comunión, la intercesión de la Virgen María y de los santos, la misión de la jerarquía, la función de la parroquia, que promueva un sentido de pertenencia sólido a la Iglesia (SD 142; CIGNS 105). 110. Fortalecer en los católicos la adhesión personal a Cristo y a la Iglesia (SD 142; PPEV 106; CVI 71; LCV 104,110; JBNJ 70.75). 111. Impulsar una espiritualidad auténticamente cristiana (CVI 77; LCV 127; ICM 149) 112. Presentar la figura de María como verdadera Madre de Dios, Madre de Cristo y Madre de la Iglesia, potenciando el culto a sus diferentes devociones tan sentidas por nuestro pueblo venezolano10. 113. Favorecer, en los estudios de los seminarios y casas de formación el conocimiento de las doctrinas y prácticas de las sectas y otros movimientos religiosos. 114. Propiciar la preparación y difusión de catecismos populares que contengan las verdades básicas de la fe, e instruyan con serenidad y objetividad sobre las características y diferencias de las diversas sectas y otros movimientos religiosos y sobre las respuestas a las injustas acusaciones contra la Iglesia (Cf. SD 146). 115. Instruir sobre la prohibición bíblica de recurrir al espiritismo y a la hechicería (Ga 5,20, Dt 18,9-12). 116. Valorar el sacramento de la Confirmación como renovación de la consagración bautismal a Cristo, de manera que la persona resuelva entregarse personalmente a Él, y seguirlo en todos los momentos de su vida incorporándose a la comunidad eclesial11. 117. Llamar a los fieles católicos a estar vigilantes con respecto a doctrinas y prácticas de sectas y movimientos religiosos que atentan contra la integridad de nuestra fe. 3.2.3. Desafío 3: Sistematizar un plan de evangelización y acompañamiento pastoral que apunte al fortalecimiento de la vivencia personal y comunitaria de la fe 118. Reforzar la conciencia misionera de toda la Iglesia, dando prioridad al anuncio y a la profundización en el conocimiento de las verdades de la fe (Cf. PPEV 112- 113.142.173; OPD 128; ICM 186). 119. Utilizar medios de evangelización efectivos que lleguen a más personas: escritos,radiofónicos, televisivos, nuevas tecnologías, entre otros12. 120. Promover una sólida pertenencia a la comunidad eclesial propia, el orgullo de pertenecer a un grupo de vida, en el cual se comparten inquietudes, problemas, alegrías, logros, ayudas (Cf. PPEV 107; ICM 149). 121. Favorecer espacios de comunión y participación mediante comunidades eclesiales, grupos de familias, círculos bíblicos, movimientos y asociaciones eclesiales, haciendo de la parroquia una comunidad de comunidades (Cf. SD 142; PPEV 141.164-168; LCV 129; ICM 151. 174-178). 122. Continuar el proceso de sectorización de las parroquias, para hacer llegar el Evangelio a todos los sectores como estrategia pastoral de acercamiento y respuesta a los alejados (Cf. PPEV 140; CVI 94). 123. Cuidar, desde una pastoral de conjunto, diocesana y parroquial, los sectores más vulnerables a las sectas, como pueden ser las poblaciones sin atención sacerdotal ni religiosa, las personas sencillas, los barrios y zonas campesinas, los indígenas, los sectores excluidos y marginados, los alejados de la comunidad eclesial, los que se encuentran en situaciones críticas (hospitalizados, detenidos, reclusos, y otros) o los que atraviesan dificultades graves (Cf. PPEV 138-139; IF 95). Evaluar a cuáles ambientes humanos se llega y a cuáles no (SD 150). 124. Promover una Iglesia ministerial con el aumento de ministros ordenados13 y el fomento de ministros laicos debidamente formados para impulsar el servicio evangelizador en todos los sectores del Pueblo de Dios (Cf. SD 142; CVI 75; LCV 131.136-137). 125. Crear canales de participación para que los laicos sean y se sientan protagonistas en la proclamación del Evangelio y en las celebraciones litúrgicas (Cf. PPEV 113; CMF 123-128). 126. Favorecer las visitas a las familias con laicos preparados y la organización de pequeñas comunidades cristianas. Revalorizar la familia como Iglesia doméstica y dar prioridad a la pastoral familiar (Cf. PPEV 119; IF 52.74-76.85-86; JBNJ 81; ICM 171-173). 127. Ofrecer un ambiente de acogida y acompañamiento, que tenga en cuenta la manera de ser del hombre actual (Cf. CMF 126), y que se manifieste en una liturgia viva, participativa, con proyección a la vida (Cf. SD 145; CMF 101-112). 128. Resaltar cada vez más el sentido de los sacramentos14. Hacer de ellos un verdadero motivo de formación y celebración festiva de la Iglesia. 129. Asumir y programar las celebraciones litúrgicas inculturadas aprovechando lasmanifestaciones religiosas masivas, las fiestas patronales, las peregrinaciones y otras tradiciones religiosas de nuestro pueblo (PPEV 136; CMF 147-152). Recuperar y reforzar las fiestas religiosas, nuestras tradiciones católicas, dándoles el contenido doctrinal que cada una de ellas posee (Cf. PPEV 114.129- 132; CMF 141-146). 130. Enseñar a orar y participar en las celebraciones. Fomentar los grupos de oración personal y comunitaria para mantener el diálogo íntimo, cercano, vivo, con Dios que nos ama. 131. Promover en la comunidad parroquial un ministerio de acogida y sanación de aquellos que se han adherido a las sectas y otros movimientos religiosos, y vuelven a nuestra Iglesia. 132. Cultivar en los agentes de pastoral las actitudes del Buen Pastor que busca la oveja perdida, y la del evangelizador que se hace todo con todos para ganar a los más posibles para el Evangelio (Cf. 1 Co 9,20). __________________________ 10 Cf. CIC, c. 1186 11 Cf. CIC, c. 879. 12 Cf. CIC, c. 761. 13 Cf. CIC, cc. 233; 385. 14 Cf. CIC, c. 840. www.unica.edu.ve © 2013 Derechos Reservados

jueves, 20 de junio de 2013

FINGIR AMOR.

“Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.” 2 Co. 4:1-2 Debido a que en la actualidad hay una pregunta en los corazones de muchas personas del pueblo de Dios, acerca de los dramas y películas, quisiera tratarlos brevemente. Los mismos están surgiendo como nuevos métodos de “edificación” entre las iglesias. Y, mientras unos están cuestionando el hecho, la mayoría de los que profesan el nombre de Cristo están corriendo como locos tras esas películas “cristianas”. Al igual que en los primeros días de la raza humana, hoy en día hay una serpiente escondida en el árbol de la ciencia que está llamando a los cristianos de todas las partes del mundo, diciendo: —Ven, y come de esta nueva fruta. Sin embargo, se ven muchos peligros en estas nuevas técnicas, que se difunden como métodos de “edificación”. Se puede preguntar: ¿Pues, qué hay de malo en el cine “santificado” Jugar en cierta manera para fingir. Actuar una mentira Pretender ser otra persona. Esa palabra realmente es igual a la palabra “hipócrita”. Pero, ¿Qué estrella de cine quiere para sí tal título: “hipócrita”? Así que, se llaman “actores”. Esa palabra en su original se encuentra en la Biblia. Jesús la utilizó para describir el verdadero carácter de los fariseos. Fíjate en la definición de la palabra “hipócrita”: fingir un rol u otra cosa, que no es real. Jesucristo reprendió a los religiosos, porque estaban actuando una vida la cual no era genuina. Sé que existe una diferencia entre actuar un papel sin pretensiones y la hipocresía encubierta. Hay escenas conmovedoras que crean un ambiente excitante entre los espectadores y los hacen responder con gusto. Pero, hacemos la pregunta: ¿Las escenas excitantes conllevan a un arrepentimiento fundamental del corazón del hombre? ¡No creo! Si las películas religiosas son tan poderosas, ¿dónde está el avivamiento genuino? Por esas razones, debemos mantenernos, y también a nuestros hijos, apartados del fingido mundo del cine. Millones de personas se han entrenado a responder emocionalmente a la vida normal y real, a través de esas películas de extremas emociones. El resultado de esto es el de tener dificultades en el relacionarse tranquilamente con la vida real cotidiana. Hazles un gran favor a tus hijos: Guárdalos alejados de la hipocresía de las películas. Mientras le permito a mi corazón sentir el gran encargo que son para nosotros nuestros hijos. ¡Qué criatura venosa y malvada hemos empleado, que entra a nuestras casas. Los hombres ingeniaron una clase de películas y dramas, especialmente dedicadas para ellos. Las que están llenas de peligrosas decepciones,donde esta nuestro discernimiento,Tenemos las películas “cristianas” de dibujos animados y las chistosas escenas que hacen reír a los niños, mientras “aprenden de Moisés, Noé y de Jesucristo”. Muchos del pueblo de Dios están siguiendo ciegamente al mundo, por medio de las “películas animadas por los inocentes animales”. ¡Oh! Amados hermanos míos, la serpiente está en esas películas también. Las mismas caricaturas están llenas de “inocente” brujería, enseñanza de la “nueva era” y de la religión oriental.Me pregunto, ¿Qué haría el apóstol Pablo con esas “películas y dramas santos”? Por favor, lea de nuevo los versos que están al principio de este artículo, ahora que ya hemos razonado juntos. “Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.” 2 Co. 4:1-2. Pablo da un paso glorioso hacia adelante, mencionando la vida real y genuina que él había llevado entre la humanidad, a la vista de Dios. Sin duda alguna, estos versos se aplican al “ministerio” del drama y cine cristiano. En su día, Jeremías dijo: “Maldito el que hiciere engañosamente la obra de yave” Jeremías 48:10,Pues la religión y la diversión están eternamente opuestas la una a la otra, a razón de sus diferentes naturalezas esenciales, aparentemente no es reconocida en esta nueva escuela de actores religiosos. Es muy común encontrar los restos de una vida fracasada y destruida alrededor del teatro; restos de hombres y mujeres que han fingido tanto tiempo haciendo sus papeles, quienes ahora no pueden vivir en la realidad de una manera sincera, y están condenados a la duplicidad perpetua. Cada hecho de sus vidas es fingido, cada sonrisa es falsa y cada tono de su voz es artificial.¿Será que la apariencia del cine religioso es un síntoma del mal estado espiritual del cristianismo actual? Yo temo que sí. La gran difusión del drama religioso entre las iglesias que se dicen ser ‘bíblicas’, solamente se puede explicar por la ausencia del Espíritu Santo en las predicaciones y la falta del verdadero discernimiento en los que profesan ser cristianos. “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.” (Jeremías 2:13)

¿QUÉ COSA ES SER CATÓLICO?

No es difícil que a muchas personas les parezca hasta inútil el emplear el tiempo en detenerse a explicar a los que son católicos qué cosa es ser católico, pues se supone que al serio lo saben, y sin embargo, ello no es así y la realidad es que son muy pocos los católicos que saben dar a la pregunta: ¿qué cosa es ser católico? una contestación correcta. Algunos contestan: ser católico es creer en Dios, pero ello no es exacto pues los mahometanos, judíos y protestantes, por ejemplo, creen en Dios y no son católicos. Otros contestan: -ser católico es cumplir con los Mandamientos del Decálogo, pero esto también es falso, pues un protestante, por ejemplo, puede cumplir con el Decálogo y no por ello es católico; y un católico puede no cumplir con los Mandamientos y no por eso dejará de ser católico; será un mal católico, pero al fin católico, como un médico que no ejerce la medicina, sigue siendo médico. Qué se requiere para ser católico Para ser católico se requiere haber sido bautizado en la Iglesia Católica, pues es el Bautismo, el Sacramento que borra el pecado original, nos hace hijos de Dios por la Gracia, y miembros de la Santa Iglesia Católica. Una vez bautizados, somos católicos aunque caigamos en pecado, pues ser católico no quiere decir ser santo, ni bueno siquiera, sino simplemente ser miembro de la Iglesia Católica (San Mateo, 13,24-30.) La Iglesia Católica es una Sociedad que, como toda sociedad, tiene el derecho de imponer sus condiciones para ser admitido como miembro de ella, así como el de expulsar de su seno a aquellos de sus miembros que no cumplan con las condiciones con que fueron admitidos, y lo hace, por medio de la "excomunión". La excomunión es pues, ser expulsado de la Iglesia Católica, con todas sus tremendas consecuencias, como son: perder la vida de la Gracia, todo el mérito de las buenas obras hechas o por hacer, y no participar del Tesoro espiritual de la Iglesia, que son Los Sacramentos, y los méritos de Nuestro Señor Jesucristo y los Santos. A partir de 1983 el Código de Derecho Canónico numera 7 casos de excomunión inmediata apenas se cometa la acción penada con ella; citamos algunos: Canon 1364 "El apóstata de la fe, el hereje o el cismático; 1367, "Quien arroja por tierra las especies consagradas o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega; 1370, "Quien atenta físicamente contra el Romano Pontífice;1378, 1382 y 1388, se refieren especialmente a cuestiones de orden sacerdotal, y el 1398, pena a "quien procura el aborto". La Iglesia Católica exige, en tres preguntas, a quienes vayan a recibir el Bautismo, renunciar al mal. ¿Renuncias a Satanás, padre y autor del pecado?, ¿ Renuncias a sus obras? ¿Renuncias a sus seducciones? a lo que los catecúmenos si son adultos o los padrinos en caso de infantes, deben responder: Sí renuncio. y la Profesión de FE Pero ser católico no consiste solamente en no hacer cosas malas o renunciar a Satanás; hay que tener fe en Jesucristo y en todo lo que la Iglesia enseña. Vemos así, que hay desde luego 2 clases de católicos: los VERDADEROS, que son los que se esfuerzan por cumplir lo que prometieron en su Bautismo, y los de NOMBRE o indiferentes, que son aquellos que sin haber dejado de ser católicos, no han incurrido en excomunión, pero tampoco se preocupan mucho ni poco, por cumplir sus promesas y viven prácticamente como si no fueran católicos. Satanás es el jefe del mal, su inspirador; renunciar a él, significa tomar la resolución de que no reine en nosotros, defender siempre al bien. Isaías, 5, 20: ¡Ay de los que llaman al mal, bien y al bien, mal! La Obra de Satanás, es la rebelión contra Dios, Las inspiraciones de Satanás son principalmente 3: Riqueza, Poder y Placer. Renunciar a las riquezas, no quiere decir que nos comprometamos a no poseer nada, sino simplemente a no tener hacia ellas un apego desordenado, y que por lograrlas hagamos algo que pueda ofender a Dios. Poder, honores, fama; terribles y peligrosas tentaciones del demonio; por conseguirlas se llega a extremos increíbles, y nos llevan al pecado capital de la soberbia, "quién como yo" las famosas palabras de Satanás. Los placeres, y las diversiones cuando son lícitos no son un mal en sí, pero nos pueden apartar de Dios si nos aficionamos con exceso a ellos. Un ejemplo lo tenemos en las excursiones dominicales que son una muy buena distracción, aire libre y descanso de nuestras tareas cotidianas, pero si por ir a ellas, faltamos a la Santa Misa, ofendemos gravemente a Dios. Otros ejemplos: el cine y la Televisión, debemos evitar el aceptar espectáculos que activen lo que llamamos "concupiscencias" es decir, nuestras malas inclinaciones, llevando a la frivolidad, nuestro deseo de diversión. Ver películas inmorales, que exhiben sin medida sexo, violencia y justificaciones a las más absurdas conductas y situaciones, que falsean el criterio, sobre todo de los jóvenes, son graves faltas al amor a Dios, y al más elemental sentido de defensa de lo que llamamos los VALORES UNIVERSALES, o cristianos, que tienen fundamento en los 10 Mandamientos y el Evangelio. Católico verdadero, es quien además de cumplir las 2 promesas que hizo en su Bautismo, practica y vive la Religión Católica, y los Mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia -combatiendo en sí mismo el afecto a las seducciones del demonio, que pueden resumirse en los 7 pecados capitales que son: avaricia, pereza, lujuria, gula, ira, envidia y el peor de todos la soberbia, que fue la que perdió a Satanás. El católico verdadero, además de evitar cuidadosamente el pecado, estudia su Religión, anima a otros a hacer lo mismo Es quien no siendo un hipócrita, bien puede ser rutinario en su piedad, contentarse con el grado espiritual de adelanto a que puede haber llegado El católico de nombre, lleva una vida de "confort", una vida "light", en la cual no entra, ya no digamos un hijo más, pero ni siquiera la horrible obligación de ir a Misa los domingos. Con un botoncito desde su poltrona, cambia el canal de Dios y de la Religión, por el fútbol y la telenovela. No seamos pues, sólo católicos de nombre, seamos verdaderos católicos, y para ello, instruyámonos en la doctrina de nuestra Santa Religión, pues nadie ama lo que no conoce, y procuremos recibir cada vez con más frecuencia y mejor, el Pan Bendito que bajó del Cielo para que nosotros subiéramos a él y del que Cristo dijo: En verdad les digo: si no comen la Carne del Hijo del Hombre, y no beben su Sangre, no tienen vida en ustedes El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y Yo lo resucitaré el último día Porque mi Carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera Bebida (Jn.6,53,58) Así pues, vivamos de la Vida de Cristo y para ello, comulguemos, comulguemos, comulguemos...

LA VIDA DE JESUS DEBE SER VIDA NUESTRA.

Nuestra fe está centrada en Jesús. El hombre cuya personalidad nos apasiona, cuya vida es estímulo y horizonte para nosotros, cuya muerte es reveladora y está en plena coherencia con su vivir. Todo esto es verdad. Pero si aquí termina la aventura de Jesús de Nazaret, tenemos que volvernos .a casa como los discípulos de Emaús al tercer día. Pero no. ¡Cristo ha resucitado! Esto es lo que creyeron y confesaron los apóstoles, y esto mismo es lo que creemos y confesamos nosotros. Ahora bien, si ésta es la cuestión decisiva en nuestra vida, no podemos contentarnos con repetir una y otra vez "Cristo ha resucitado", sino que hemos de preguntarnos qué significado tiene esto en mi existir, en la vida de la comunidad cristiana y en la historia del mundo para su presente y, sobre todo, para su futuro. Nuestro punto de partida debe ser la experiencia de los primeros creyentes. Comenzaremos viendo qué creyeron los apóstoles; qué supuso para ellos el acontecimiento de las apariciones; en qué fundaron su decisión y su compromiso radical.Lo que la ciencia histórica puede decir acerca del hecho de la resurrección de Jesús, es que sus discípulos dieron testimonio de ella. Las apariciones de Jesús después de su muerte fueron únicamente algunos encuentros con sus amigos y discípulos. La ciencia histórica se ha de detener por fuerza en estos testigos. Puede sopesar su credibilidad. El cristiano debe hacerlo. No puede creer "al azar" (1 Cor. 15, 2). No es la opinión de unos pocos, que fue imponiéndose poco a poco y vino a ser opinión común. No; desde el principio esta convicción es el centro y piedra angular de la predicación de todos, (1 Cor. 15, 11).De la resurrección depende la fe. "Y si Cristo no ha sido resucitado, vacía, por tanto, es nuestra proclamación; vacía también vuestra fe...aún estáis en vuestros pecados" (1 Cor.15, 14 - 17), Si no hay resurrección, prosigue Pablo, los apóstoles somos unos impostores, y vosotros engañados de la manera más lamentable, somos los más desgraciados de todos los hombres "si nuestra esperanza en Cristo solo es para esta vida" (1 Cor. 15, 19). En tal caso, mejor que conformarse con un Cristo imaginario, prefiere asociarse a los que dicen, entre tristes y contentos: "Comamos y bebamos, que mañana moriremos" (1 Cor. 15, 32). El más antiguo testimonio escrito que poseemos sobre la resurrección es el de Pablo, lo mismo que respecto de la eucaristía. Y lo mismo que allí, encabeza aquí sus palabras con la advertencia especial de que también él ha recibido de otros este testimonio. Estas palabras, son pues, más antiguas. Todos los evangelios comienzan por una narración muy modesta y sencilla; las mujeres que el domingo por la mañana van a ver el sepulcro. Una palabra clave para entender plenamente el sentido de esta narración, es la mención del color "blanco". Junto al sepulcro es visto un "joven" (Mc. un ángel, Mt.). Ahora inmediatamente después del sábado, cuando por vez primera en la historia universal sale el sol sobre una mañana de domingo, sobre un "día del Señor" (Apoc. l, 10), unas mujeres son recibidas por alguien vestido de las blancas ropas del fin de los tiempos. Su reacción es de miedo. Pero toda esto es mera envoltura de lo que importa, el engarce donde brilla el verdadero diamante de la narración: "¡Ha resucitado!" He ahí la palabra tranquilizante y gozosa. Es el mismo mensaje de pascua que en Pablo: El Señor vive. Los cuatro evangelistas ofrecen el mensaje de la resurrección de Jesús en forma narrativa. Si se comparan sus relatos entre sí, observamos que estos difieren entre sí mucho más que, por ejemplo, las historias de la pasión. Los distintos autores aducen apariciones distintas, y, cuando tratan el mismo hecho, difieren en pormenores.Después de la escena del sepulcro vacío, añade Mateo una aparición a las mujeres, que probablemente tuvo lugar en otro momento. Entre tanto, nada hemos dicho sobre las apariciones de Jesús. En la narración sobre el sepulcro vacío, no lo vimos a El mismo. La alegría que ahora empieza, no se expresa en formas grandiosas. Dios no quiso ponérnosla ante los ojos en manifestaciones sobrecogedoras, sino sencillamente, humana y casi idílicamente. En conclusión, lo que comienza a renovar la historia universal no es una obra humana, sino una acción de Dios. La cabeza humillada de Jesús se levanta para siempre. El reino de Dios se despliega en un hombre que se ha hecho nuevo. Lo que creen los apóstoles. Admitir y confesar que Jesús ha resucitado significa reconocer que Dios ha testificado a favor de Jesús; ha garantizado de un modo roas definitivo y radical por medio de sus milagros o de su estilo de vida, que él es el enviado al que tenemos que escuchar (Mt. 3, 16 ss.; 17, 5).Desde las apariciones, y por la iluminación interior que reciben, los apóstoles creen que Jesús es Señor, que está ala derecha de Dios, que es el Hijo de Dios. Confesar que Jesús vive en Dios, que ha resucitado, es decir, que ha pasado a existir de una manera que sólo negativamente podemos explicar, pero que supone la superación de todas las limitaciones del existir humano. Existe de otro modo; inmortal; incorruptible; enteramente libre. No está fuera de la historia; está metido en ella más que cualquiera de nosotros. La resurrección es así una nueva forma de estar presente: "Estoy con vosotros hasta la consumación de los siglos" (Mt.28, 20). Se cree en Jesús como el primogénito, el primero de los muertos, porque lo sucedido en Jesús es garantía y seguridad de que Dios salva a los hombres de la muerte (1 Cor.15, 12-22). En la comunión con el resucitado. Los relatos de las apariciones no son únicamente el testimonio de las experiencias inefables vividas por los apóstoles. El Espíritu, es el don por excelencia del Resucitado; resucitar significa para Jesús llegar a ser espíritu vivificante, fuente de agua viva, que salta hasta la vida eterna. El Espíritu es quien nos hace vivir el misterio de Cristo. Grábelas al Espíritu que nos comunica, el Señor no está ya simplemente con nosotros, como estaba con los apóstoles y discípulos antes del viernes santo; desde Pascua está en ellos. Así pues, la misión, la vida y el Espíritu de Jesús están presentes y actúan en los discípulos. Esto nos lleva a fijarnos más directamente en la comunidad naciente. La comunidad del Resucitado. Con la fe pascual nace la comunidad creyente. Sobre todo, el dinamismo de la caridad, el amor radical y eficaz "que supera todos los demás dones. Cada época tienen que hacerse ineludiblemente esta pregunta: ¿qué significa para nosotros creer en Jesucristo Resucitado? Señor, con Cristo, de toda la creación, libre del espacio, del tiempo y de las limitaciones, El universo y la historia toda está sometida a un proceso de crecimiento, cuyo dinamismo concreto quizá desconocemos, pero cuya dirección se nos ha revelado en Cristo. La resurrección de Cristo, en efecto, nos da la seguridad de que la historia y el mundo tienen sentido; de que todos los pasos que ahora se den en pro de una auténtica humanización del universo, preparan de algún modo la plenitud final (Ig.M.39).Testigos de la Resurrección de Jesucristo. Testigos, por habernos encontrado personalmente con Cristo Resucitado, De este encuentro deriva un nuevo conocimiento, un conocimiento experimental, nuevo conocimiento vital, que desborda el entendimiento; una posesión viva por todas las facultades, una visión por los ojos del corazón(Ef. l, 18).

SENTIRSE MUY ORGULLOSOS DE SER HUMILDE CATOLICO.

En el mundo actual existe una actitud anticatólica manifiesta, de modo que quien desee manifestarse abiertamente como católico, recibirá constantemente críticas y oposiciones, que pueden llegar a verdaderas persecuciones. Muchos políticos, incluso de países mayoritaria¬mente cristianos, pareciera que tienen un deseo común: eliminar la fe católica del mundo. Y lo hacen como si la Iglesia fuera una institución retrógrada, oscurantista e intolerante, que debe ser eliminada por no favorecer la paz, sino fomentar la violencia. Evidentemente, eso no es verdad, pero pretenden imponer sus ideas por la fuerza del poder político o a través de los grandes medios de educación y comunicación social.Ser católicos de verdad en un mundo anticatólico es difícil, porque supone luchar contra una mayoría que, por maldad o por ignorancia, atacan nuestra Iglesia y nuestra fe. Hace falta mucho coraje para vivir como católicos, pero vale la pena. El mundo moderno necesita testigos vivos del Evangelio, católicos militantes, que no se escondan sino que den la cara y salgan al frente para defender su fe. Católicos que no se avergüencen de su historia y que sepan responder ante las acusaciones que les plantean los enemigos de la Iglesia. Vive tu fe y así, por experiencia personal, podrás decir a todos los que te rodean que ser católico es la mayor gracia que Dios te ha regalado,Con respecto al catolicismo, cualquiera puede hablar mal de Cristo o de la Virgen María, del Papa o de los católicos, y hasta es felicitado en los medios masivos de comunicación social. Ser católico no está de moda. Muchos católicos bautizados, aunque no practicantes, parece que se sienten avergonzados de su historia y de su fe. POR ESO EL CATOLICO QUE SE SIENTA ORGULLOSO DE SERLO TIENE QUE PRACTICAR LA VIRTUD DE LA HUMILDAD SIN ELLA NO HAY CONVERSION EN JESUS QUE ES LA CABEZA DE LA IGLESIA CATOLICA. El católico santo, es un hombre lleno de virtudes, de cosas buenas, pero que además de tenerlas, no hace alarde de todas su cualidades. El hombre santo es ante todo un hombre Ser humilde es reconocer los DEFECTOS que tengo, y reconocer también mis CUALIDADES. - Ser humilde es reconocer la verdad: que no soy más que criatura de Dios, imperfecta, necesitada, que cae una y otra vez en el pecado. Pero a la vez reconocer que soy criatura amada infinitamente por Dios, redimida por Él y llamada a dar frutos en mi vida. - Ser humilde es vivir sin buscar el aprecio de los demás, la fama y el poder. Es vivir sin que me importe lo que piensen los otros sobre mí, importándome solo lo que piensa Dios. HUMILDE. Para ser humilde es necesario, mirarme a mí mismo, de cara a Dios y no de cara a los hombres. - Aceptar que soy pequeño ante la grandeza de Dios. Reconocer que yo VALGO no por mí mismo, sino porque soy hijo de Dios, porque vengo de Él. Todos los hombres tenemos defectos. Lo que es importante es aceptarlos y no negarlos y después trabajar, y luchar por mejorarlos. La VERDADERA HUMILDAD es reconocer con realismo todo lo bueno y todo lo malo que tengo, y después tomarlo en mis manos y saber que yo solo no puedo hacer nada con ello, pero CON LA AYUDA DE DIOS, puedo aumentar mis cualidades y corregir mis defectos para poder realizar la VOLUNTAD DE DIOS EN MI VIDA. CONTEMPLAR A CRISTO humilde. Él, siendo nada más y nada menos que "el Hijo de Dios", siempre fue humilde y sencillo, desde su nacimiento hasta su muerte en la cruz, nunca hizo alarde de todas sus cualidades y poder. Leyendo el Evangelio verás que Jesús siempre fue sencillo y humilde. Él mismo nos dijo: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón". esto es lo que nos debe a nosotros los catolicos de convertirnos en ser autenticos catolico el de ser un verdadero y santo catolico en la tierra siendo de verdad humilde de alma. Señor Jesús, manso y humilde. Desde el polvo me sube y me domina esta sed de que todos me estimen, de que todos me quieran. Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Señor manso y humilde de corazón. No puedo perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan. No sé de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme más que los otros.. Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad. Dame la gracia de perdonar de corazón. La gracia de aceptar la crítica y aceptar cuando me corrijan. Dame la gracia poder, con tranquilidad, criticarme a mí mismo. La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias de otros. Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los demás, con lo que digo, con lo que hago. Ayúdame Señor, a pensar menos en mí y a abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tú y mis hermanos. En fin, mi Señor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo poco a poco un corazón manso, humilde, paciente y bueno. Cristo Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Así sea

EL PODER DE LA LENGUA

La muerte y la vida están en poder de la LENGUA,( Proverbios 18:21) La bendición y la maldición son el resultado de lo que dice nuestra lengua: hablamos bien. La Biblia enseña que la lengua tiene PODER y puede dar vida o muerte con las palabras. La BENDICIÓN es una oración a favor, mientras la MALDICIÓN es una oración en contra. Cuando alguien expresa rencor, ira, venganza, celos, burlas, desprecio... y maldice a alguien, está enviando sobre esa determinada persona exactamente lo que siente. Muchos se refieren a este fenómeno psíquico-espiritual como "mala onda, mala energía, mala suerte, maldad encarnada, malo espíritu, embrujo, encantamiento, maldición..." De la misma manera si se tiene sentimientos buenos y se declara palabras buenas, se estará enviando sólo cosas buenas hacia la persona, esto es: Bendición. HAY ASESINOS EN LA IGLESIA DE JESUCRISTO 1º Juan 3:15 Todo aquel que aborrece a su hermano es HOMICIDA; y sabéis que ningún HOMICIDA tiene vida eterna permanente en él. Aborrecer el hermano = homicida (asesino). Si alguien aborrece al hermano está sintiendo cosas muy malas hacia él y estos sentimientos no son inspirados por el Espíritu de Dios, sino por la maldad del corazón del hombre y por la infiltración de demonios. Aborrecer es lo mismo que odiar, despreciar, desconsiderar, rechazar, no recibir, no aceptar, cortar, anular, ignorar, desear que no exista, no querer ver ni escuchar, no querer saber nada de la persona, no tenerla en cuenta... San Marcos 12:30 Y AMARÁS al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 12:31: Y el segundo es semejante: AMARÁS a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. El mandamiento correcto y verdadero insiste que sólo hay lugar para el AMOR, cualquier otro sentimiento se sale de la voluntad de Dios para sus hijos y para su iglesia. Al tener sentimientos y pensamientos de rechazo o muerte hacia alguien, también se declaran palabras de esa categoría. Además la persona a la cual se aborrece experimenta una serie de actitudes negativas hacia ella que la maltratan y deterioran gravemente la relación. Aun aquellas personas que están en la distancia, con la cual no se tiene contacto directo, están recibiendo sobre sus vidas esa espiritualidad maligna enviada por quienes las aborrecen y maldicen. San Juan 13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis AMOR los unos con los otros. El verdadero fluir del Espíritu Santo está fundamentado en el AMOR. Si se envía maldición sobre el hermano, se le está enviando espíritus de demonios, se le está haciendo guerra espiritual contraria, se está debilitando al hermano en su alma-espíritu-cuerpo y ayudando a Satanás a vencerlo. ¡Cuidado! Se puede dar vida o se puede llegar a matar una persona, con tan solamente desearlo San Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las PALABRAS que yo os he hablado son ESPÍRITU y son vida. Jesucristo enseña y explica que la palabra es espíritu. Él dice: las palabra que yo os he hablado - refiriéndose a lo que había dicho anteriormente en el relato bíblico. Pero observando detenidamente las palabras del Maestro, aquí también nos revela y confirma un gran misterio del reino: significa que LA PALABRA DECLARADA es un PODER ESPIRITUAL que puede dar VIDA o MUERTE, exactamente como se expresa en Proverbios 18:21. 2º Samuel 23:2 El Espíritu de Yave ha hablado por mí, y su PALABRA ha estado en mi LENGUA. Cuando declaramos ciertas palabras dichas con FE, con fuerte motivación y convicción, las cosas suceden, a veces para bien y a veces para mal. La bendición es la manifestación de una buena espiritualidad, de un corazón correcto y amoroso inspirado y respaldado por el Espíritu de Dios. La maldición es la manifestación de malos espíritus, de acorde a lo que se pronuncia y declara. Jeremías 23:31 Dice Yave: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus LENGUAS y dicen: Él ha dicho. Dios usa la boca del hombre para expresarse. También el hombre usa su propia boca para hacer declaraciones materialistas o espirituales. - Cuando un hijo de Dios habla En El Nombre de Jesús, el resultado de su declaración será por la obra y el poder del Espíritu Santo, su declaración actuará como una voz de mando que activará a los ángeles a su favor. - Cuando un cristiano habla inspirado por la maldad de su corazón, o cuando declara palabras proféticas que Dios no mandó, se activan espíritus de demonios para llevar a cabo la orden. 2º Timoteo 2:15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la PALABRA de verdad. La PALABRA es un poder y una autoridad espiritual que Dios ha dado al hombre. Si hay pecado en la boca del hombre, se combate a través del arrepentimiento genuíno y cambiando la actitud hacia Dios y hacia los demás. Si hay dificultad en sobreponerse al pecado, entonces se debe pedir ayuda a los ministros y al cuerpo de guerreros intercesores de la iglesia local. La lengua del cristiano debe ser limpia, justa, sincera, verdadera, santa: como la de Jesucristo. Salmo 126:2 Entonces nuestra BOCA se llenará de risa, Y nuestra LENGUA de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Yave con éstos. 126:3 Grandes cosas ha hecho Yave,con nosotros; Estaremos alegres.

lunes, 3 de junio de 2013

PADRE: EMILIANO TARDIF.

Nació hace 76 años. Tenía 71 cuando murió, el 8 de junio de 1999. Nacido y formado en Canadá, con 43 años de intensa vida misionera en el país, el padre Emiliano Tardif murió cerca de Córdoba, Argentina. Una emotiva fiesta de cumpleaños en Santo Domingo, un largo viaje al Cono Sur con escala en Miami y el inicio de un retiro de 240 sacerdotes fueron los tres últimos actos de su vida en esta tierra. Su inesperado fallecimiento conmovió al país y a buena parte del mundo católico. Se nos ha ido en olor de santidad y en olor de multitudes, exclamó monseñor José Francisco Arnaiz. Consideramos al padre Emiliano como uno de los grandes hombres de la Iglesia de estas últimas décadas, declaró el entonces Arzobispo de Santiago, monseñor Flores. Excelente sacerdote, evangelizador, misionero y taumaturgo, así lo describió monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio. De gigantesca figura que nos hizo sentirnos amigos lo calificó el padre Víctor Masalles, rector del Seminario Santo Tomás de Aquino. El padre Ramiro Cantalamessa, predicador de la casa pontificia en el Vaticano, escribió: He tenido varias veces la dicha de ejercer mi ministerio junto con el padre Emiliano Tardif, de quien he admirado siempre, sobre todo, su sencillez de corazón; el padre Emiliano no se consideraba un santo ni un taumaturgo, sino simplemente uno que había recibido un carisma y lo ejercía ‘para utilidad de todos’. Me uno al grupo de aquellos que agradecen a Dios por su vida, y se alegran al pensar que este siervo fiel está ahora en la alegría del Señor. El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, que lo conoció muy bien, dijo ante su féretro: Siempre lo vi como el sacerdote y misionero realmente consciente de su propia vocación. Emiliano era un hombre virtuoso, sencillo, muy amable, profundamente humilde. Me atrevo a asegurar que ha sido uno de los sacerdotes más queridos. Amado de Dios y de los hombres, su memoria es una bendición. El padre Emiliano Tardif dio el salto definitivo hace cinco años. Fue un hombre de su tiempo con un perfil de persona accesible. El Emiliano espiritual y carismático no se despegaba fácilmente de la tierra; al hombre espiritual le gustaban los helados, viajar, contar un chiste, tenía muchos amigos y quería entrañablemente a su familia. El padre Emiliano hubiera sentido hondamente el drama de Jimaní. Se hubiera alegrado con los que sobrevivieron agarrados a un árbol, habría saltado de gozo ante la generosidad y el trabajo de tantas personas y se habría avergonzado y entristecido con el trato irrespetuoso y brutal dado a los restos de las víctimas, expuestas en los medios de comunicación del mundo entero. Como burrito, llevó a Jesús vivo por todas partes, siguiendo los pasos de su Fundador, el Padre Julio Chevalier, para quien cuando Dios quiere una obra, los obstáculos son medios. Así pensaba el padre y así desarrolló su evangelio. Emiliano Tardif murío el 8 de junio de 1999, en Argentina, sumamente contento y en paz, horas después de cantar suavemente qué detalle, Señor has, tenido conmigo en el momento de la misa en la capilla de la Anunciación el 6 de junio de 1999. Las dificultades no le abatieron, los elogios no lo hincharon, los éxitos no le embriagaron, los bienes de este mundo no lo distrajeron ni encadenaron. Sigue descansando en paz padre Emiliano y esta vez, ora por las víctimas, por los atribulados y por los heridos de Jimaní. Sobre todo, ora por los niños. Fundador de una comunidad, sus libros son auténticos best-sellers El 8 de junio pasado falleció a los 71 años de edad el padre Emiliano Tardif, el sacerdote canadiense que se convirtió en uno de los grandes promotores de la Renovación en el Espíritu en todo el mundo. Un infarto le cogió por sorpresa en la ciudad de Córdoba (Argentina), donde se encontraba predicando retiros de renovación espiritual. En septiembre de 1956, Emiliano Tardif llegó a la República Dominicana para convertirse en Misionero del Sagrado Corazón. Llegó a ser provincial de la congregación en Santo Domingo hasta que en junio de 1973 cayó enfermo, a causa de una aguda tuberculosis pulmonar. La enfermedad le obligó a regresar a Canadá para ser hospitalizado urgentemente. Después de varios exámenes médicos, los doctores le dijeron que necesitaría un año de tratamientos para poder abandonar el hospital. El padre Tradif recordaba en una ocasión: Después de que me hicieran todos aquellos exámenes, antes de que los médicos comenzaran sus tratamientos, vinieron a verme cinco personas de un grupo de oración carismático de Quebec. Rezaron por mí en la habitación del hospital y el Señor me curó en tres o cuatro días. Tras este episodio, el padre Tardif se dedicó a pro-fundizar en la Renovación Católica y a participar en sus En noviembre de 1973 recibió el carisma de curación que, según confesaba, fue para mí un estupendo instrumento del Señor para acompañar mi trabajo de evangelización. Regresó a Santo Domingo, aunque a partir de enton-ces comenzó a realizar viajes por los cinco continentes, convocando a miles de personas que se sentían atraídas por su carisma de curación, incluso corporal. Al mismo tiempo, fundó hace 22 años la comunidad de los Siervos de Cristo Vivo, que hoy se encuentra extendida en varios países de América y Europa. Según explica, Giovanna Monzo, que forma parte de la comunidad en Italia, el padre Tardif siempre decía que en el momento de su muerte, “lo primero que le preguntaría al Padre sería: “¿por qué curas a unos y no a otros?”. Es una prueba de la humildad de este hombre, la gran lección que nos ha dejado. Los libros del padre Tardif, entre los que destaca Jesucristo vivo y Jesús es el Mesías, están entre los libros más vendidos en Italia, así como en los países de lengua española, y francesa. Padre Emiliano Tardiff, misionero del Sagrado Corazón de Jesús (MSC), conocido en todo el mundo por sus "Misas de Curación" durante las cuales se verificaban con frecuencia curaciones prodigiosas, murió el 6 de junio en Córdoba (Argentina), donde estaba predicando un retiro a 300 sacerdotes. Nacido el 6 de junio de 1928 en Quebec (Canadá), emitió los primeros votos el 8 de septiembre de 1949 y los perpetuos tres años después, siendo ordenado sacerdote el 24 de junio de 1955. Enviado de misionero a la República Dominicana, fue uno de los fundadores del seminario misionero "San José de las Matas", del que fue también profesor; dirigió la revista "Amigo del Hogar" y fue elegido Provincial de su Instituto. En 1973 la tuberculosis le obligó a regresar a su patria para recibir adecuada asistencia médica. Su testimonio: Después de la visita de un grupo de amigos del movimiento carismático católico que habían orado en su habitación del hospital, P. Tardiff se curó de modo inesperado, descubriendo que había recibido el don extraordinario de curaciones. A su regreso a América Latina, se estableció en Nagua, un barrio pobre de Santo Domingo, donde fundó numerosas escuelas de evangelización. Durante seis meses trabajaba como párroco y el resto del año viajaba por el país y al extranjero, guiando retiros espirituales y llenando iglesias y estadios donde celebraba la Eucaristía. Muy conocido en toda la América Latina y en el mundo francófono, P. Tardiff viajó por todo el mundo, visitando 71 Países. Hace tres años, cerca de 200.000 personas participaron en la Eucaristía celebrada en un campo de aviación de Polonia; hace dos años, en Líbano, la televisión nacional transmitió las misas de curación, suscitando gran emoción en todo el país. En todo lugar, las reuniones de oración seguían un esquema fijo: catequesis, Misa, procesión con el Santísimo Sacramento y oración de curación.. Oración por Curación Física Sugerimos que esta oración se lleve a cabo en un lugar solitario, apartado de toda distracción, teniendo la fe que el Señor nos escucha siempre que le hablamos. Récese de manera lenta, en voz alta, haciendo propia cada frase: Señor Jesús, creo que estás vivo y resucitado. Creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar y en cada uno de los que en Ti creemos. Te alabo y te adoro. Te doy gracias, Señor, por venir hasta mí como pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Tú eres la Resurrección y la Vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos. Hoy quiero presentarte todas mis enfermedades porque Tú eres el mismo ayer, hoy y siempre y Tú mismo me alcanzas hasta donde estoy. Tú eres el Eterno Presente y Tú me conoces... Ahora, Señor, te pido que tengas compasión de mí. Visítame a través de tu evangelio para que todos reconozcan que Tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve mi fe y confianza en Ti. Te lo suplico, Jesús. Ten compasión de mis sufrimientos físicos, de mis heridas emocionales y de cualquier enfermedad de mi alma. Ten compasión de mí, Señor. Bendíceme y has que vuelva a encontrar la salud. Que mi fe crezca y me abra a las maravillas de tu amor, para que también sea testigo de tu poder y de tu compasión. Te lo pido, Jesús, por el poder de tus Santas Llagas, por tu Santa Cruz y por tu Preciosa Sangre. Sáname, Señor, sana mi cuerpo, sana mi corazón, sana mi alma. Dame vida y vida en abundancia. Te lo pido por intercesión de María Santísima, tu Madre, la Virgen de los Dolores, la que estaba presente, de pie, cerca de la cruz. La que fue la primera en contemplar tus llagas y que nos diste por Madre. Tú nos has revelado que ya has tomado sobre Ti, todas nuestras dolencias y por tus santas llegas hemos sido curados. Hoy, Señor, te presento en fe todas mis enfermedades y te pido que me sanes completamente. te pido por la gloria del Padre del Cielo, que también sanes a los enfermos de mi familia y amigos. Has que crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para gloria de Tu Nombre. Para que tu reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor. Todo esto te lo pido, Jesús, porque Tú eres Jesús. Tú eres el Buen Pastor y todos somos ovejas de tu rebaño. Estoy seguro de tu amor que aún antes de conocer el resultado de mi oración, en fe, te digo: Gracias Jesús, por lo que Tú vas a hacer en mí y en cada uno de ellos. Gracias por las enfermedades que Tú estás sanando ahora, gracias por los que Tú estás visitando con tu misericordia. Amén.