jueves, 10 de octubre de 2013

REVELACION SOBRENATURAL.

 Revelación, en sentido estricto, es la manifestación de alguna verdad hecha por Dios al hombre, descubriéndole su propio Ser o su Nombre y sus designios de salvación. Se llama revelación sobrenatural a la manifestación que libremente hace Dios de sí mismo a la criatura racional y para su salvación.La religión cristiana se funda en la Revelación sobrenatural histórica
El cristianismo, junto con el judaísmo, justifica su existencia acudiendo a su origen revelado por Dios. El hombre es el sujeto pasivo de la Revelación. Sólo el hombre, ser espiritual-racional, es capaz de recibir la Revelación divina, porque para entender a otro - en este caso a Dios- es necesario tener una cierta semejanza con el que habla; semejanza que viene dada por la razón humana. Pero el hombre es, además, sujeto dinámico y existencial de la Revelación; porque, por ella, Dios le invita a aceptar y a vivir de acuerdo con el mensaje revelado. Dios pide al hombre una actitud de fe, sin la cual la Revelación queda sin producir su efecto salvador.Dios revela verdades naturales, es decir, verdades que el hombre puede conocer por sí mismo, con la luz natural de la razón y sin la ayuda de Dios. Por ejemplo:su existencia,su sabiduría, su providencia, Dios revela verdades sobrenaturales que superan la comprensión humana. Verdades sobrenaturales o misterios, es decir, verdades que pertenecen al propio ser y obrar de Dios, y que, aún después de reveladas, no alcanzamos a comprender su razón íntima de ser.La imposibilidad o dificultad de la existencia de la Revelación sólo puede originarse en Dios que revela, en el hombre que recibe la Revelación o por los contenidos del mensaje revelado.Ahora bien, si negamos su existencia,o su cognoscibilidad o su relación con el mundo no hay posibilidad de admitir la Revelación sobrenatural. Por parte del hombre que recibe la Revelación, tampoco aparece ninguna dificultad, puesto que el hombre es capaz de conocer la verdad y, como la Revelación es manifestación de verdades divinas, expresadas en forma de conceptos humanos, el hombre puede conocerlas y entenderlas.Es una verdad, que se presenta al entendimiento humano de tal forma, que sólo puede ser entendido parcial y progresivamente. Así, por ejemplo, la Iglesia es un misterio de salvación; y, de ella podemos decir que es jerárquica, o que es carismática, o que es el pueblo de Dios o que es el reino de Dios en su fase terrestre, etc. Todo es verdad y cada una de estas verdades no se opone a las otras, sino que las completa y todas juntas, y otras más en las que cabe profundizar, son el misterio de la Iglesia. La Revelación de los misterios, se hace no con palabras propias de Dios, sino con palabras humanas analógicas. Es decir, Dios habla el lenguaje de los hombres, y no con un lenguaje exclusivamente divino, que sería incomprensible. Es evidente que este lenguaje humano utilizado en la Revelación es comprensible para los hombres, aunque no alcance a manifestar total y perfectamente la verdad que Dios comunica.
Por tanto, ni por parte de Dios, ni del hombre, ni de los contenidos hay una auténtica imposibilidad para que se produzca la Revelación. Para conocer una cosa hay que conocerla bajo una razón propia. Por ejemplo, ver desde lejos un hombre no significa que sepamos que es Pedro o Pablo. Para poder conocer a Pedro o Pablo debemos distinguirlos por alguna de sus características.
Conocer propiamente a Dios será conocerlo bajo una razón propia de Él y no será suficiente conocerlo bajo la razón de felicidad que todos los hombres naturalmente desean, pues, para muchos, la felicidad no está en Dios, sino en el poder, en las riquezas o en los placeres. La Revelación sobrenatural, dada la presente condición del hombre, es moralmente necesaria para que las verdades religiosas de orden natural puedan ser conocidas por todos los hombres con facilidad, con firmeza y sin mezcla de errores graves.Dios, creador y Señor, puede ser conocido con certeza con la luz de la razón natural, con las solas fuerzas de la razón (de fe).
El Concilio Vaticano I (1869-1870) definió esta verdad de fe con las siguientes palabras: «Si alguno dijera que Dios vivo y verdadero, Creador y Señor nuestro, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana por medio de las cosas que han sido hechas, sea anatema»

La definición del Concilio Vaticano I enseña que el objeto de nuestro conocimiento es Dios, uno y verdadero, Creador y Señor nuestro; y por tanto, Dios es persona y distinto del mundo; que el principio subjetivo del conocimiento de Dios es la razón natural, aún en estado de pecado; que el medio de conocimiento son las cosas creadas y que es un conocimiento cierto y posible. El libro de la Sabiduría muestra a la creación como un camino fácil de recorrer hacia Dios y ve en la divinización del mundo un error religioso-moral. Dios es concebido como el creador sobrenatural y supervisor del universo. Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios. Entre estos, los más comunes son omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia,omnibenevolencia (perfecta bondad), simplicidad divina, y existencia eterna y necesaria. Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el "mayor ser concebible con existencia". Estos atributos fueron descritos en diferentes grados por los primeros filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides, San Agustín, y Al-Ghazali, respectivamente. Muchos destacados filósofos medievales y filósofos modernos desarrollaron argumentos a favor de la existencia de Dios.En forma análoga numerosos filósofos e intelectuales de renombre han desarrollado argumentos en contra de la existencia de Dios.
 

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