domingo, 13 de octubre de 2013

LA VIDA UNA LUCHA CONTRA SATANAS.






"La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición"(Cat 2111).

Por ejemplo, las llamadas cadenas de oración a San Judas Tadeo o a otros santos. Se deben escribir 81 copias y dejar nueve copias en nueve iglesias. Se pide una gracia y a los nueve días, dicen, será concedida. Como si Dios actuara como un robot automático, sólo por haber escrito 81 cartas de oración. Dice más o menos así: "El Sr. X hizo las copias y las envió. A los nueve días ganaba la lotería. La Sra. H la rompió y murió al mes siguiente. La Srta. Z la dejó de lado y perdió su empleo. Pero después la envió y fue nombrada jefa de sección. No detenga la cadena, pues le acarraría algún mal. Ruegue a San Judas Tadeo o a San Antonio... Rece diez Avemarías y recibirá la gracia a los nueve días". Esto es terrorismo espiritual.

No hay que actuar por miedo, sino por amor. Otras supersticiones se refieren a buscar la buena suerte y obtener beneficios o evitar problemas, prescindiendo de Dios. Hay quienes tienen miedo al número 13, al domingo siete, al martes 13, a pasar debajo de una escalera o a romper un espejo, porque les traerá mala suerte. Y Dios, nuestro Padre ¿dónde queda? ¿Acaso no creemos en Él o nos olvidamos de que todo está en sus manos divinas y amorosas?

La superstición se basa en el miedo. Algunos se creen rodeados de fuerzas enemigas y quieren controlarlas, amansarlas o, al menos, no irritarlas. Por eso, procuran evitar sentarse trece a la mesa o "tocan madera" para que no les suceda algo malo. Pero no somos juguetes de un destino anónimo, ciego o caprichoso, Dios nos ama y como dice Jesús: "No tengas miedo, solamente confía en Mí" (Mc 5,36). "Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura" (Lc 12,29-31). "Hasta los pelos de la cabeza los tiene contados. No tengáis miedo" (Lc 12,7).

¿Tienes miedo a las fuerzas desconocidas del Cosmos?
¿No sabes que Dios es el Creador de todo el Universo y todo está bajo su control? 

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