viernes, 22 de marzo de 2013

INSTITUCION EUCARISTICA Y SACERDOTAL,AUTOR CRISTO JESUS‏

"Se acercaba el momento en el que Jesús iba a ofrecer su vida por los hombres. Tan grande era su amor, que en su Sabiduría infinita encontró el modo de irse y de quedarse, al mismo tiempo" La liturgia del Jueves Santo es riquísima de contenido. Es el día grande de la institución de la Sagrada Eucaristía, don del Cielo para los hombres; el día de la institución del sacerdocio, nuevo regalo divino que asegura la presencia real y actual del Sacrificio del Calvario en todos los tiempos y lugares, Se acercaba el momento en el que Jesús iba a ofrecer su vida por los hombres. Tan grande era su amor, que en su Sabiduría infinita encontró el modo de irse y de quedarse, al mismo tiempo. Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre, no deja un símbolo, sino la realidad: se queda Él mismo. Irá al Padre, pero permanecerá con los hombres. Bajo las especies del pan y del vino está Él, realmente presente: con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad.¿Cómo corresponderemos a ese amor inmenso? Asistiendo con mucha devoción a la Santa Misa, memorial vivo y actual del Sacrificio del Calvario,comulgando, con el alma bien limpia. Visitando con frecuencia a Jesús oculto en el Sagrario,Ésta es la razón de que la Iglesia nos inculque un gran esmero en todo lo que se refiere a la Eucaristía. Hay que estar limpios, en el alma y en el cuerpo, para acercarse a recibirle con dignidad. Para eso nos ha dejado el sacramento de la Penitencia.Conmemoramos también la institución del sacerdocio. Es un buen momento para rezar por el Papa, por los Obispos, por los sacerdotes, y para rogar que haya muchas vocaciones en el mundo entero,tengamos por lo tanto mejor amor más trato con ese Jesús nuestro, que ha instituido la Eucaristía y el Sacerdocio. En el jueves santo no aparece físicamente la Virgen María, aunque se hallaba en Jerusalén en aquellos días: la encontraremos mañana viernes santo al pie de la Cruz. Pero hoy jueves con su presencia discreta y silenciosa, acompaña muy de cerca a su Hijo, en profunda unión de oración, de sacrificio y de entrega,también le pediremos a la Virgen María que nos acompañe a Cristo en todos los sagrarios de la tierra.le pedimos tambien que nos enseñe a ser almas de Eucaristía, hombres y mujeres de fe seguros y de piedad recia, que nos enseñe tambien a esforzarnos por no dejar solo a Jesús. Que sepamos adorarle, pedirle perdón, agradecer sus beneficios, hacerle compañía.

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