martes, 16 de diciembre de 2014

! DIOS ES FIEL CON SUS HIJOS.!

La Fidelidad
La fidelidad está ligada a la fe,la fe consiste en la confianza depositada, generalmente en Dios, pero también en una persona. La fidelidad de Dios es verdadera y ha sido demostrada muchas veces. En las Sagradas Escrituras podemos ver que Dios es fiel y que Su Palabra es verdadera. Hebreos 6:18 dice que Dios no puede mentir, ni tampoco puede romper una promesa incondicional que dice que cumplirá. La fe exige una respuesta convencida y estable a la que llamamos precisamente fidelidad. Dios es el primero que es fiel. Su amor no es voluble, es para siempre. De Él, mejor que de nadie, que es
"el siempre fiel";. La fidelidad en el hombre consiste en una respuesta permanente a un compromiso dado, a una alianza, a un pacto. La fidelidad de Dios es completamente evidente en Su relación con el pueblo hebreo/judío. Dios hizo un pacto de tierra con Abraham (patriarca de muchas naciones) y nunca ha rescindido lo que prometió. Aunque el pueblo judío ha sido dispersado por todo el mundo, Dios prometió que volverían a la tierra que Él le prometió a Abraham, Isaac, Jacob, y a todos sus descendientes (Zacarías 8:7-8).
Generalmente hablamos de la fidelidad debida al ser amado que excluye todo otro amor en el matrimonio, pero también se tiene fidelidad a la patria, a la familia, a los amigos. Incluso, decimos que el perro es fiel y ha venido a ser signo de la fidelidad. Santo Domingo presumía de que él era el "can de Dios"; y sus discípulos, los dominicos, no se ofenden cuando les dicen que son los perros del Señor. Los católicos nos llamamos, en el lenguaje oficial de la Iglesia, "fieles cristianos";, para señalar nuestra fidelidad a Cristo.
La fidelidad exige una confianza puesta en alguien, la respuesta nacida de esa confianza y la permanencia en la respuesta. Para que la fidelidad sea plena, debe amarse a la persona en la que se confía. La fidelidad en el amor. Dios es tan fiel que cualquiera que le busca lo puede encontrar. La fe es un regalo, pero inclusive un regalo debe ser abierto para poder disfrutarlo. A medida que ponemos en práctica nuestra fe, comenzamos a darnos cuenta cada vez más de la fidelidad de Dios para con nosotros.
La fidelidad humana da frutos de certeza y madurez,es la guía que evita perder el camino y caer en los barrancos o en las arenas movedizas de la vida. Da frutos de honor y de un sano orgullo que llena de valentía y audacia al que es fiel. La fidelidad mueve a los caballeros andantes, de ayer y de hoy, a luchar por Dios, por su rey y por su dama. Dios, patria y familia.
La fidelidad da armonía a las relaciones familiares y seguridad a los hijos que saben que tienen derecho a su propio papá y a su propia mamá. En la amistad, la fidelidad se convierte en un tesoro de valor incalculable que hace que los amigos cuenten siempre con el mutuo apoyo.
La infidelidad, en cambio, produce desilusión, dolor por la traición, pérdida de la confianza, desesperanza.El que ha dejado de ser fiel, se siente sucio y despreciable, por mucho que se ame a sí mismo, porque sabe que ha faltado a un pacto y ha traicionado a aquel que confiaba en él.
Toda infidelidad, en el plano cristiano, es una ofensa a Dios y produce vergüenza y remordimiento de conciencia.
Cuando siguen juntos, pero se desprecian o se odian, es algo peor que un abandono. Son infieles.
¡Cómo sufren los hijos de los divorciados!, por más que en esta época se les trate de hacer ver que es lo más normal de la vida que sus padres se separen. Ellos sienten que se les ha privado injustamente de un derecho.
También se aprende la fidelidad a Dios en el hogar.Si se es infiel a Dios, ¿se podrá ser fiel a los hombres? En Primera de Juan 1:9 se nos dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”

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