YO CONFIESO MI DOCTRINA CRISTIANA CATOLICA. Sacramento
Si buscamos en la Biblia la palabra "sacramento" no la encontraremos, por lo menos en el sentido que hoy le damos. Pero esto no quiere decir que no tengan fundamento bíblico. De hecho todos ellos fueron instituidos por Nuestro Señor Jesucristo.
La palabra sacramento es de origen latino, los cristianos la usaron desde los primeros años para significar lo que se refería a los signos litúrgicos, celebraciones eclesiales y a los hechos sacros. Es decir, a los actos de culto. Pero con el correr del tiempo, esta palabra se dejó para referirse exclusivamente a los signos sagrados instituidos por Jesucristo.
San Agustín, que vivió en el siglo IV, fue quien más contribuyó a la clarificación del concepto de "sacramento" y no fue hasta el siglo XII, que se fijó el número de sacramentos como siete. El Sacramento de la Penitencia: Penitencia es un sacramento de la Nueva Ley instituida por Cristo donde es otorgado perdón por los pecados cometidos luego del bautismo a través de la absolución del sacerdote a aquellos que con verdadero lamento confiesan sus pecados y prometen dar satisfacción por los mismos. Es llamado un “sacramento” y no una simple función o ceremonia porque es un signo interno instituido por Cristo para impartir gracia al alma. Como signo externo comprende las acciones del penitente al presentarse al sacerdote y acusarse de sus pecados, y las acciones del sacerdote al pronunciar la absolución e imponer la satisfacción. Todo este procedimiento es usualmente llamado, por una de sus partes, “confesión” y se dice que ocurre en el “tribunal de penitencias”, porque es un proceso judicial en el cual el penitente es al mismo tiempo acusador, la persona acusada y el testigo, mientras que el sacerdote pronuncia el juicio y la sentencia.
¿POR QUÉ DEBO CONFESARME? Pedir perdon y perdonar es algo necesario en nuestras vidas cotidiana,pero porque es nuestra unica manera de recompenzar las rupturas y sanar las heridas producidas por las ofensas y agresiones y otras situaciones similares contra el Señor. Solo el mutuo y sincero perdon puede restaurar y ofrecer un nuevo ilicito a una relacion que se ha dañado o quebrado. Por otro lado,El que peca asi mismo se hace daño. (ECLO 19,4). La rebeldia contra Dios es para la criatura humana «UN ACTO SUICIDA», al separarnos de la fuente ultima de nuestras vidasel pecado que rompe nuestro vincula con Dios y nos quiebra interiormente y quiebra asi mismo nuestra comunion con los demas y con la naturaleza toda.
Mas Dios, por el inmenso amor que nos tiene, ha querido darnos una nueva oportunidad: «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de Él» (1Jn 4,9). Muchos católicos dejan de acudir al sacramento de la Reconciliación esgimiendo un absurdo argumento: "¿por qué tengo que confesarme ante un hombre si es tan o más pecador que yo?" Y luego de rechazar toda mediación humana, dicen: "yo me confieso directamente con Dios".
En verdad, el único que puede perdonar los pecados es Dios. El Señor Jesús perdonaba a los pecadores - manifestando así su naturaleza divina - pero he aquí la razón por la que un hombre "tan pecador como yo" tiene el poder de perdonar nuestros pecados: «Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes los retengan, les quedan retenidos» (Jn 20,22-23). «la Iglesia nada puede perdonar sin Cristo, y Cristo nada quiere perdonar sin la Iglesia» MÉTODO DE REVISIÓN DE VIDA El fin que se persigue es dar forma cristiana a nuestra existencia, es decir generar un
nuevo modo de ser, de vivir, de pensar, de sentir y de afrontar la realidad, siempre y
en cualquier circunstancia
Es la vida misma, pero guiada por el Espíritu. Es un hábito que se adquiere ejercitándolo continuamente y que debe llevarnos
a: ver, juzgar y actuar para vivir la e desde la vida y vivir la vida desde la fe. Debe terminar siendo un estilo de vida. Un estilo que implica la capacidad de pasar por el
mundo con los ojos y el corazón abiertos e iluminados por la fe. Un estilo que condicione
nuestra tomas de postura en nuestro día a día, eliminando la neutralidad y generando en nosotros
capacidad de reacción e intervención conscientemente cristiana. No es un mero análisis sociológico, se trata de un acercamiento a la realidad desde la fe
Descubrir la vida en profundidad, detectando las causas y consecuencias de cualquier
fenómeno o hecho en todas sus dimensiones: personales, ambientales y estructurales;
desde una óptica puramente cristiana, es decir mirara la realidad con los ojo de Dios
Descubrir la presencia de Dios en los diferentes acontecimientos, que nos ofrece un
sentido salvífico y una ocasión para responderle con fe. JUZGAR: Discernir desde la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia, la presencia y la llamada de Dios
Es un momento profundo de encuentro personal con la Palabra y con Cristo, que nos
ha de llevar a la conversión y disponibilidad. ACTUAR: Es el momento de llegar a compromisos. Pasar a la acción es algo más que una mera
actividad. Debe ser una manera de ser y actuar, un talante, una transformación personal
y ambiental de nuestro entorno
Es una acción de gracias que implica una respuesta generosa a Dios. Es un compromiso de vida espiritual
Un compromiso de formación permanente
Un compromiso de acción VER: Poner en común hechos de vida concretos que puedan ser asumidos por todos
los miembros del grupo. No se trata de analizar a una persona, sino de
analizar una actitud que nos pueda ayudar a mejorar. Conviene preparar antes
de la reunión propuestas concretas para no tener que improvisar
o Elegir uno de los hechos de vida propuestos según los criterios de relación
con el tema e importancia para el grupo
o El hecho de vida elegido es analizado en mayor profundidad por la persona
que lo ha propuesto: causas, consecuencias y reacciones. Su carisma es tener un vivo y operante sentido de Iglesia y una amplia visión de la misma: Su vida personal debe ser un crecimiento en la santidad, que
arranca del compromiso bautismal, santidad que consiste en la progresiva configuración
con Cristo: ser plenamente cristiano a los ojos del Padre y a los ojos de los hombres.
Sentido Eclesial y Espíritu Comunitario: Si bien cada miembro brinda su testimonio
y evangeliza su propio ambiente, siendo irremplazable en el sitio donde el Señor lo
puso, no está solo. Está inmerso en la comunión eclesial. está integrado en un "Todo,
que es más que la suma de las partes"; en el cual todos "trabajan unidos a la manera
de cuerpo orgánico, de forma que se manifieste mejor la comunidad de la Iglesia y resulte
más eficaz el apostolado".
Disponibilidad: La vinculación del cristiano.con la Jerarquía no es genérica, sino propia
y singular; es una vinculación directa, inmediata, estrecha y especial.
¿Por qué vamos a Misa los domingos?
A veces he oido a gente decir que como hoy domingo no tengo ganas de ir a Misa, pues voy mañana lunes y no pasa nada. Es un gran error. No es un capricho lo de que el precepto se cumpla los domingos y no los lunes o cualquier otro día. Podemos empezar por atender a lo que el Génesis nos cuenta. Dios crea el Mundo en 6 días, y el último día de la semana lo dedica para descansar. Los judíos atienden a este asunto y así crean la festividad del sabath. Los cristianos, como herederos de la tradición histórico-religiosa judía, con las actualizaciones de Cristo (rechazadas por los judíos), cambiamos el día por el domingo, día de la Resurrección de Cristo.
Los primeros cristianos utilizaban el primer día de la semana, según recogen Los Hechos de los Apóstoles, para reunirse, estudiar la Escritura y compartir el pan de la Eucaristía.
Así, desde tiempo inmemorial, la Iglesia otorga al domingo una categoría elevada de los demás días, y conservando las tradiciones de los primeros cristianos, establece la necesidad de asistir una vez a la semana a Misa. Y que ese día sea común para todos: el domingo. Y dado que el eje de nuestra fe se sustenta en la Resurrección de Cristo (que sucede en domingo), es lógico pensar que ese sea el día especial de los cristianos. AMARAS A TU DIOS CON TODO EL CORAZON. Cumplo fielmente el amor a Dios con los mandamientos,como ama un hijo a su padre,obro en mis cosas con recta intencion,Es firme mi Fe en Dios,Me adhiero firmemente a la doctrina de la iglesia,Tengo mucho interes en mi instruccion cristiana escuchando la Palabra de Dios. He rezado mañana y noche,He ofrecido a Dios mis trabajos,dolores,y gozo,Recurro a EL en mis tentaciones.Tengo reverencia y amor hacia el nombre de Dio,o le ofendo con blasfemia,falsos testimonios o usando su nombre en vano,Me conducido irreverentemente con la Virgen Maria y los Santos. Guardo los domingos y dias de fiesta de la iglesia participando en la eucaristia (misa).Tengo,quizas otros "dioses" es decir cosas por las que me preocupo y en las confio mas que en Dios,como son las riquezas,trabajo exagerado,las superticiones,santerismo,espiritismo,brujerias,horoscopo,juegos de las cartas,el tabaco etc,etc1. ¿Cuál es el Primer Mandamiento?
Amar a Dios sobre todas las cosas.Es poner a Dios de primero. Dios tiene que ser lo primero en nuestra vida: primero que nuestros padres, que el novio (a), que nuestros hermanos. Además, primero que todas las cosas materiales.
Y, sobre todo, primero que todos mis deseos. Porque hay que ser como Dios quiere que seamos y hacer lo que Dios quiere que hagamos.
¿Cómo amamos a Dios?
Pues haciendo lo que a El le agrada, lo que El nos pide. Fíjense que eso mismo lo dijo Jesús sobre su Padre, que es nuestro Padre también: “Yo hago siempre lo que a El le agrada” (Jn. 8, 29b). Eso es amar a Dios. Vamos a buscarlo en la Biblia.
! Todo talento lleva consigo un compromiso...y un don despreciado frena la creacion de Dios.!
martes, 16 de diciembre de 2014
! El falso espiritu de la navidad.!
El Engaño del Espíritu de la Navidad (Fiesta Pagana) Desde hace tiempo, los 21 de diciembre de cada año celebran la festividad del Espíritu de la Navidad, actividad en la que rinden tributo a un espíritu que arriba a cada casa, y para ello realizan rituales con inciensos y aromas, comidas, regalos e invitaciones. Incluso algunos colocan un plato de comida en la mesa para dicho visitante, abriendo además las puertas y ventanas de par en par.
El Papa recientemente ha considerado como un "PECADO", el celebrar esta fiesta
Como una tradición, se fue incluyendo la festividad del Espíritu de la Navidad en las fiestas decembrinas, y desde hace tiempo familias completas, amigos y grupos rinden tributo a un espíritu que no existe y que se ha convertido en una fiesta pagana, alejándose de las actividades o tradiciones propias de la iglesia católica universal.
Es a través de un movimiento denominado nueva era, el cual quiere quitarnos lo que tenemos de católicos y cristianos, lo que verdaderamente se celebra en la navidad es el nacimiento del niño Dios. La fiesta del Espíritu de la Navidad es un engaño para los fieles católicos, y ningún católico puede celebrar esta fiesta, pues va en contra de la Biblia, de los mandamientos de la Ley de Dios. Han sacado unos muñecos que simbolizan el Espíritu de la Navidad y que hay que colocarlo en cada esquina de la casa el día 21 de diciembre.
Según los astrólogos, la noche del 21 de diciembre es más larga, y de esa oscuridad se aprovechan otras fuerzas para hacer el mal, incluso hay creyentes en esta festividad que se duermen con las puertas y ventanas abiertas, sin saber el peligro que corren con tanta inseguridad desatada, y puede entrar el espíritu de los malandros y de los amigos de lo ajeno. También dicen que hay que hacer una cena y colocar un plato en la mesa para el espíritu que llega, y eso no agrada a Dios, eso tampoco deber ser, pues un católico verdadero debe llamar a comer en la mesa o a regalar un buen plato de comida a quien lo necesite.
En definitiva, invitamos a NO caer en estas cosas, pues no tienen ningún significado cristiano. No se puede ir en contra de la Ley de Dios, y cuando uno reemplaza Dios por otra cosa está faltando al primer mandamiento que dice: Amar a Dios sobre todas las cosas, y quien no ama de corazón a Dios, pues fácilmente cae en estas fiestas paganas.
Es un pecado y en la Biblia en el éxodo 19 dice que no se adorará imagen alguna, ni debajo de la tierra ni por encima de la tierra, y por ello es pecado como lo ratificó el Papa de la iglesia catolica, cuando hacemos fiestas paganas, y cambiamos todo por lo verdaderamente cristiano.
Lamentablemente esta noche miles de persona en todo el mundo se estarán reuniendo para darle la bienvenida al espíritu de la navidad. ¿Y por que decimos lamentablemente?. Sencillamente por que da tristeza ver como tanta gente se deja engañar por las manipulaciones del comercio y de los medios de comunicación (que ultimadamente no son sino manipulaciones del Maligno en persona) y se lanza a invocar espíritus y pedir deseos en medio de cultos espiritistas y ocultistas que nada tienen que ver con lo que nos enseña nuestra la doctrina cristiana.
El significa salvación, "consiste en que Dios a través de Jesucristo nos convierte en hijos suyos. Eso es lo más grande que nos ha ocurrido a nosotros, que seamos hijos de Dios. Por eso la navidad es para reafirmar que somos hijos de Dios, que asumimos la invitación para salvarnos siendo mejores cristianos, mejor persona".
Hay artículos que hablan de: "Purificar la mente, el cuerpo y los espacios del hogar es fundamental para aprovechar este momento cósmico. En algunos rituales de magia blanca, la limpieza energética del hogar ayuda a deshacerse de las vibras negativas. Refrescar y espiritualizar el hogar es la clave de este día y, para ello, se debe usar un velón azul, para trabajar conjuntamente con el arcángel Miguel, incienso con olor a jazmín, vainilla, rosa o sándalo....... bla bla bla..".
En fin, podemos decir que el llamado espíritu de la navidad, es un engaño del Demonio por la vía del "New Age" (Nueva Era) para sustituir el verdadero sentido de la Navidad. Es un culto de origen ocultista, una nueva forma de espiritismo. Y espiritismo es invocar espíritus malignos. Lo que se busca con esto es sustituir el sentido cristiano de la Navidad con ceremonias y prácticas bien disfrazadas de provechosas, espirituales y aparentemente cristianas.
El Papa recientemente ha considerado como un "PECADO", el celebrar esta fiesta
Como una tradición, se fue incluyendo la festividad del Espíritu de la Navidad en las fiestas decembrinas, y desde hace tiempo familias completas, amigos y grupos rinden tributo a un espíritu que no existe y que se ha convertido en una fiesta pagana, alejándose de las actividades o tradiciones propias de la iglesia católica universal.
Es a través de un movimiento denominado nueva era, el cual quiere quitarnos lo que tenemos de católicos y cristianos, lo que verdaderamente se celebra en la navidad es el nacimiento del niño Dios. La fiesta del Espíritu de la Navidad es un engaño para los fieles católicos, y ningún católico puede celebrar esta fiesta, pues va en contra de la Biblia, de los mandamientos de la Ley de Dios. Han sacado unos muñecos que simbolizan el Espíritu de la Navidad y que hay que colocarlo en cada esquina de la casa el día 21 de diciembre.
Según los astrólogos, la noche del 21 de diciembre es más larga, y de esa oscuridad se aprovechan otras fuerzas para hacer el mal, incluso hay creyentes en esta festividad que se duermen con las puertas y ventanas abiertas, sin saber el peligro que corren con tanta inseguridad desatada, y puede entrar el espíritu de los malandros y de los amigos de lo ajeno. También dicen que hay que hacer una cena y colocar un plato en la mesa para el espíritu que llega, y eso no agrada a Dios, eso tampoco deber ser, pues un católico verdadero debe llamar a comer en la mesa o a regalar un buen plato de comida a quien lo necesite.
En definitiva, invitamos a NO caer en estas cosas, pues no tienen ningún significado cristiano. No se puede ir en contra de la Ley de Dios, y cuando uno reemplaza Dios por otra cosa está faltando al primer mandamiento que dice: Amar a Dios sobre todas las cosas, y quien no ama de corazón a Dios, pues fácilmente cae en estas fiestas paganas.
Es un pecado y en la Biblia en el éxodo 19 dice que no se adorará imagen alguna, ni debajo de la tierra ni por encima de la tierra, y por ello es pecado como lo ratificó el Papa de la iglesia catolica, cuando hacemos fiestas paganas, y cambiamos todo por lo verdaderamente cristiano.
Lamentablemente esta noche miles de persona en todo el mundo se estarán reuniendo para darle la bienvenida al espíritu de la navidad. ¿Y por que decimos lamentablemente?. Sencillamente por que da tristeza ver como tanta gente se deja engañar por las manipulaciones del comercio y de los medios de comunicación (que ultimadamente no son sino manipulaciones del Maligno en persona) y se lanza a invocar espíritus y pedir deseos en medio de cultos espiritistas y ocultistas que nada tienen que ver con lo que nos enseña nuestra la doctrina cristiana.
El significa salvación, "consiste en que Dios a través de Jesucristo nos convierte en hijos suyos. Eso es lo más grande que nos ha ocurrido a nosotros, que seamos hijos de Dios. Por eso la navidad es para reafirmar que somos hijos de Dios, que asumimos la invitación para salvarnos siendo mejores cristianos, mejor persona".
Hay artículos que hablan de: "Purificar la mente, el cuerpo y los espacios del hogar es fundamental para aprovechar este momento cósmico. En algunos rituales de magia blanca, la limpieza energética del hogar ayuda a deshacerse de las vibras negativas. Refrescar y espiritualizar el hogar es la clave de este día y, para ello, se debe usar un velón azul, para trabajar conjuntamente con el arcángel Miguel, incienso con olor a jazmín, vainilla, rosa o sándalo....... bla bla bla..".
En fin, podemos decir que el llamado espíritu de la navidad, es un engaño del Demonio por la vía del "New Age" (Nueva Era) para sustituir el verdadero sentido de la Navidad. Es un culto de origen ocultista, una nueva forma de espiritismo. Y espiritismo es invocar espíritus malignos. Lo que se busca con esto es sustituir el sentido cristiano de la Navidad con ceremonias y prácticas bien disfrazadas de provechosas, espirituales y aparentemente cristianas.
! Los regalos curativos de los Reyes Magos a Jesus.!
Los regalos de los Reyes Magos al niño Jesús tenían carácter curativo. Según cuenta la tradición cristiana, Gaspar, Melchor y Baltasar, los tres Reyes Magos, llegaron hace más de 2.000 años a celebrar el nacimiento del niño Jesús portando tres regalos: oro, incienso y mirra. Los tres venían de países lejanos y fueron guiados por una estrella hasta el pesebre en Belén. Y allí Melchor entregó la mirra, Gaspar el incienso y Baltasar el oro. En estos tres regalos se basa la tradición que se sigue practicando hoy en día en Navidad.. los tres regalos con los que obsequiaron los Reyes Magos al Niño Jesús no fueron elegidos por casualidad, pues el oro era un regalo para Jesús como Rey --pues era un regalo destinado a reyes--, el incienso era un presente para Jesús como Dios --pues esta resina se quemaba delante de los dioses-- y la mirra, para Jesús como hombre --pues con ella se embalsamaba a los muertos--.Los reyes magos han sido entendidos por muchos como magos practicantes de magia, pero en realidad son llamados así por varias razones. En el lugar de su procedencia, la tierra de los Medos y los Persas, los "magi, plural de magus", o "magoi" -del Texto Griego-, eran una casta de conocidos sabios, seguramente sacerdotes de la religión de la época y zona de oriente, Persia, y la antigua Babilonia. Por qué los Magos regalaron al Niño Jesús oro, incienso y mirra? A lo largo de la historia del cristianismo, diversos teólogos han sostenido variadas hipótesis, algunas terrenas y otras trascendentes. El motivo que espontáneamente surge en primer lugar es el económico y se refiere concretamente al valor pecuniario de las ofrendas.
El oro tuvo siempre un precio alto. En la época de Jesús el incienso costaba apenas un poco menos que el oro, pero la mirra valía unas siete veces más que ambos (Vaughan, 1998). La ofrenda de los Magos, entonces, representaba un altísimo valor económico. Los elevados valores del incienso y de la mirra explican por qué el comercio de ambos artículos era tan lucrativo.
Oro
La importancia del oro era tan obvia hace más de 2.000 años como lo es ahora. Pero además del valor que se le ha otorgado en todas las culturas y épocas, el metal ha sido utilizado desde hace miles de años como componente de variados tratamientos medicinales. Concretamente, respecto del oro, considera que puede ser interpretado "como regalo regio, destinado a un rey" y recuerda que en Mateo 2,2 se hace referencia a que los Reyes Magos llegaron a Belén en búsqueda del nacimiento del "Rey de los Judíos", por lo que la faceta regia del acontecimiento estaba presente.
El oro representa la realeza de Jesús. En Mateo 02:02, los magos preguntaron dónde podían encontrar al bebé recién nacido como el "Rey de los Judios" porque habían visto su estrella. Este pronunciamiento molesto a Herodes, que gobernaba la zona en ese momento. Algunos teólogos creen que el oro también representa la divinidad de Jesús como el "Rey de Reyes y Señor de Señores." La leyenda dice que el oro representaba el maná, encontrado en el Arca de la Alianza. Según la leyenda, Melchor, rey de Arabia, llevó el oro. El oro proporcionó fondos para María y José para llevar al bebé a Egipto para escapar de la muerte de todos los niños de dos años de edad y menores, según lo ordenado por Herodes. La leyenda dice que la cantidad era suficiente para que pudieran vivir en Egipto y regresaran a Israel después de la muerte de Herodes.
El científico francés Jacques Forestier descubrió en 1929 las propiedades del oro como antiinflamatorio.
Estudios más recientes comprobaron que las sales del oro inhiben la producción de una molécula que provoca la inflamación responsable de la artritis cuando se acumula en cantidades excesivas en las articulaciones de manos y pies.
En las últimas décadas se ha descubierto que esa misma molécula también parece ser responsable de otras enfermedades inflamatorias e infecciosas, incluido el VIH.
Y científicos de la Universidad Nacional de Singapur patentaron en 2003 un complejo farmacéutico basado en oro para el tratamiento de cáncer.
El profesor Leung Pak Hing descubrió que los complejos de oro y fosfina podrían tener beneficios como agentes antitumorales en tratamientos quimioterapéuticos y actualmente se están llevando a cabo ensayos clínicos para comprobarlo.
Incienso
El incienso es una resina vegetal del árbol de la Boswellia que al arder desprende un humo aromático que ha sido utilizado durante miles de años para fines religiosos, terapéuticos y en la producción de perfumes.
En China y Japón se ha usado en los rituales de adoración de deidades, porque se piensa que el humo puede llevar las oraciones al cielo.
Se dice que el incienso tiene propiedades calmantes y en la antigüedad se le usaba para tratar la melancolía (hoy llamada depresión). Incienso
Se dice que el incienso tiene propiedades calmantes y en la antigüedad se le usaba para tratar la melancolía (hoy llamada depresión). Incienso
Baltasar, rey de Saga cerca de la actual Yemen, trajo incienso. afirma que el incienso era tan valioso como el oro cuando Jesús nació. El incienso proviene de la India y Etiopía, y fue quemado en los servicios de adoración en el templo. Representa el papel de Jesús como Sumo Sacerdote y su divinidad como Hijo de Dios. También representa su papel como el cordero del sacrificio, digno de redimir a la humanidad. La leyenda dice que el incienso representa las tablas de los 10 Mandamientos encontrados en el Arca de la Alianza.
En la medicina ayurvédica de India se le usa para tratar la artritis y ha sido muy estudiado para comprobar su potencial curativo en asma, osteoartritis, enfermedad de Crohn y colitis.
Y un estudio en 2008 de las universidades Johns Hopkins en Estados Unidos y la Hebrea de Jerusalén revelaron que el humo del incienso aliviaba la depresión y ansiedad en ratones y que el responsable era un compuesto llamado acetato de inciensola.
Aunque no se ha podido comprobar los beneficios del incienso para estas enfermedades en humanos, sí se sabe que es efectivo como repelente de mosquitos.
Mirra
Mirra significa "amargo" en árabe y durante miles de años esta resina y extracto de planta ha sido considerada un producto curativo debido a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Gaspar, rey de Tarso en Turquía, trajo mirra, más valiosa que el oro y el incienso. El amargo aroma del incienso de mirra adornaba el cuerpo sin vida de los ricos y la realeza. La Biblia dice que Nicodemo trajo áloe y mirra para envolver el cuerpo de Jesús después de que fue bajado de la cruz. La resina de árbol seco proviene de la India y el sur de Arabia. La mirra representa la muerte y resurrección de Jesús. Marcos 15:23 dice que los soldados que crucificaron a Jesús, le dieron a beber vino mezclado con mirra, que él rechazó. Los teólogos creen que la mirra representa la humanidad de Jesús y, debido a que se utiliza como medicina, su papel como el gran Médico. La leyenda dice que la mirra representa la vara de Aarón, encontrada en el Arca de la Alianza.
En medicina china se le ha usado durante siglos para curar heridas, cicatrices, sangrado y para aliviar la inflamación.
Gaspar, rey de Tarso en Turquía, trajo mirra, más valiosa que el oro y el incienso. El amargo aroma del incienso de mirra adornaba el cuerpo sin vida de los ricos y la realeza. La Biblia dice que Nicodemo trajo áloe y mirra para envolver el cuerpo de Jesús después de que fue bajado de la cruz. La resina de árbol seco proviene de la India y el sur de Arabia. La mirra representa la muerte y resurrección de Jesús. Marcos 15:23 dice que los soldados que crucificaron a Jesús, le dieron a beber vino mezclado con mirra, que él rechazó. Los teólogos creen que la mirra representa la humanidad de Jesús y, debido a que se utiliza como medicina, su papel como el gran Médico. La leyenda dice que la mirra representa la vara de Aarón, encontrada en el Arca de la Alianza.
En medicina china se le ha usado durante siglos para curar heridas, cicatrices, sangrado y para aliviar la inflamación.
Los antiguos egipcios lo usaban también para embalsamar a sus muertos y durante mucho tiempo fue considerado un producto más valioso que el mismo oro.
Hoy la mirra ya no es tan famosa como tratamiento farmacéutico.
Un fármaco basado en derivados de la planta fue producido en Egipto y presentado como una "cura milagrosa" para la esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria de países en desarrollo.
Un fármaco basado en derivados de la planta fue producido en Egipto y presentado como una "cura milagrosa" para la esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria de países en desarrollo.
Pero la medicina fue rápidamente descalificada en estudios científicos que concluyeron que no era realmente un agente antiesquistosoma.
La mirra, sin embargo, sigue siendo muy usada en la industria cosmética, que afirma que el producto tiene propiedades antienvejecimiento.
De hecho, el incienso y la mirra son la base de los productos de belleza más populares en esta época del año, que incluyen lociones "revitalizantes", bálsamos corporales y sueros para la "juventud instantánea".
! DIOS ES FIEL CON SUS HIJOS.!
La Fidelidad
La fidelidad está ligada a la fe,la fe consiste en la confianza depositada, generalmente en Dios, pero también en una persona. La fidelidad de Dios es verdadera y ha sido demostrada muchas veces. En las Sagradas Escrituras podemos ver que Dios es fiel y que Su Palabra es verdadera. Hebreos 6:18 dice que Dios no puede mentir, ni tampoco puede romper una promesa incondicional que dice que cumplirá. La fe exige una respuesta convencida y estable a la que llamamos precisamente fidelidad. Dios es el primero que es fiel. Su amor no es voluble, es para siempre. De Él, mejor que de nadie, que es
"el siempre fiel";. La fidelidad en el hombre consiste en una respuesta permanente a un compromiso dado, a una alianza, a un pacto. La fidelidad de Dios es completamente evidente en Su relación con el pueblo hebreo/judío. Dios hizo un pacto de tierra con Abraham (patriarca de muchas naciones) y nunca ha rescindido lo que prometió. Aunque el pueblo judío ha sido dispersado por todo el mundo, Dios prometió que volverían a la tierra que Él le prometió a Abraham, Isaac, Jacob, y a todos sus descendientes (Zacarías 8:7-8).
"el siempre fiel";. La fidelidad en el hombre consiste en una respuesta permanente a un compromiso dado, a una alianza, a un pacto. La fidelidad de Dios es completamente evidente en Su relación con el pueblo hebreo/judío. Dios hizo un pacto de tierra con Abraham (patriarca de muchas naciones) y nunca ha rescindido lo que prometió. Aunque el pueblo judío ha sido dispersado por todo el mundo, Dios prometió que volverían a la tierra que Él le prometió a Abraham, Isaac, Jacob, y a todos sus descendientes (Zacarías 8:7-8).
Generalmente hablamos de la fidelidad debida al ser amado que excluye todo otro amor en el matrimonio, pero también se tiene fidelidad a la patria, a la familia, a los amigos. Incluso, decimos que el perro es fiel y ha venido a ser signo de la fidelidad. Santo Domingo presumía de que él era el "can de Dios"; y sus discípulos, los dominicos, no se ofenden cuando les dicen que son los perros del Señor. Los católicos nos llamamos, en el lenguaje oficial de la Iglesia, "fieles cristianos";, para señalar nuestra fidelidad a Cristo.
La fidelidad exige una confianza puesta en alguien, la respuesta nacida de esa confianza y la permanencia en la respuesta. Para que la fidelidad sea plena, debe amarse a la persona en la que se confía. La fidelidad en el amor. Dios es tan fiel que cualquiera que le busca lo puede encontrar. La fe es un regalo, pero inclusive un regalo debe ser abierto para poder disfrutarlo. A medida que ponemos en práctica nuestra fe, comenzamos a darnos cuenta cada vez más de la fidelidad de Dios para con nosotros.
La fidelidad humana da frutos de certeza y madurez,es la guía que evita perder el camino y caer en los barrancos o en las arenas movedizas de la vida. Da frutos de honor y de un sano orgullo que llena de valentía y audacia al que es fiel. La fidelidad mueve a los caballeros andantes, de ayer y de hoy, a luchar por Dios, por su rey y por su dama. Dios, patria y familia.
La fidelidad da armonía a las relaciones familiares y seguridad a los hijos que saben que tienen derecho a su propio papá y a su propia mamá. En la amistad, la fidelidad se convierte en un tesoro de valor incalculable que hace que los amigos cuenten siempre con el mutuo apoyo.
La infidelidad, en cambio, produce desilusión, dolor por la traición, pérdida de la confianza, desesperanza.El que ha dejado de ser fiel, se siente sucio y despreciable, por mucho que se ame a sí mismo, porque sabe que ha faltado a un pacto y ha traicionado a aquel que confiaba en él.
Toda infidelidad, en el plano cristiano, es una ofensa a Dios y produce vergüenza y remordimiento de conciencia.
Cuando siguen juntos, pero se desprecian o se odian, es algo peor que un abandono. Son infieles.
¡Cómo sufren los hijos de los divorciados!, por más que en esta época se les trate de hacer ver que es lo más normal de la vida que sus padres se separen. Ellos sienten que se les ha privado injustamente de un derecho.
También se aprende la fidelidad a Dios en el hogar.Si se es infiel a Dios, ¿se podrá ser fiel a los hombres? En Primera de Juan 1:9 se nos dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”
domingo, 19 de octubre de 2014
! Seguir a Jesus no es facil pero tampoco imposible.!
Seguir al Señor Jesucristo, que es un anhelo de muchas personas en el mundo, demanda que paguemos un precio. Comienza con rendirnos a Él y prosigue con la determinación de perseverar en Sus caminos. Es una determinación que marca un cambio en nuestra existencia. Afecta positivamente el presente, pero también nos asegura eternidad en Su Presencia. Seguir al Señor Jesús no será fácil en la medida en que luchemos en nuestras fuerzas. Si queremos vencer, es necesario que nos movamos prendidos de Su mano. No habrá dificultad, oposición u ataque al que no podamos vencer. Él nos asegura la victoria. Nos ayuda, nos guía, nos fortalece. Si ha sido llamado por Jesús el Señor a emprender ese proceso maravilloso de transformación personal y espiritual, adelante. Pero no se desprenda de Su mano por ninguna circunstancia. El propósito principal en seguir a Cristo está en llegar a ser semejante a él. Esto lo declara el mismo Señor en otro pasaje de la Biblia, con las siguientes palabras: "El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor" (Mateo 10.24-25). El gozo de Cristo, la vida poderosa, victoriosa del Señor, el trabajo alegre que conduce a la creación de un mundo nuevo, de un estado de cosas distintas, todo viene como consecuencia de seguir a Cristo.
LA DECISIÓN DE SEGUIR A JESÚS DEBE NACER EN EL CORAZON Y NO SER FRUTO DE LAS EMOCIONES a.En las multitudes hay muchos espectadores
1. Las palabras construyen sueños o realidades
2. Hay que evaluar qué decisión tomamos, medir las consecuencias b. En las multitudes no hay compromiso
2. ¿Somos parte de los seguidores?
a. Implica salirse de las multitudes
a. El cristiano no se ata con sus palabras
b. Debemos recuperar el valor de las palabras
3. Seguir a Jesús implica no devolverno No solo por hoy... mañana y pasado también... Hablar acerca del gozo que significa seguir a Cristo. Cuando el Maestro estuvo en el mundo llamó a hombres de todas las clases sociales para que le siguieran. El evangelista Mateo transcribe el siguiente llamamiento del Señor: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mateo 11.28-30).
Era un llamamiento para venir y aprender, venir a vivir, venir y trabajar por la vida eterna. Cristo sabía que muchos de los que llegarían a seguirle no sabrían el significado de este seguimiento, por eso vuelve a decir, esta vez a sus discípulos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame" (Mateo 16.24). Siguiendo a Cristo somos gradualmente transformados a una vida distinta, mejor y eterna en los cielos. Sentimos en nuestra alma un gozo nuevo; nos sentimos perdonados de nuestros pecados y en posesión de una paz gozosa, de una salvación sin límites. No era, desde luego, cosa sencilla seguir a Cristo. ¿Qué significa seguir a Cristo? Primeramente, seguir al Señor es aceptar una invitación personal. Nos llenamos de alegría cuando alguien de cierta categoría social o política nos extiende una invitación. La invitación de Cristo está hecha. Es cuestión de decir "SI" a ella y hacerla nuestra.
LA DECISIÓN DE SEGUIR A JESÚS DEBE NACER EN EL CORAZON Y NO SER FRUTO DE LAS EMOCIONES a.En las multitudes hay muchos espectadores
1. Las palabras construyen sueños o realidades
2. Hay que evaluar qué decisión tomamos, medir las consecuencias b. En las multitudes no hay compromiso
2. ¿Somos parte de los seguidores?
a. Implica salirse de las multitudes
a. El cristiano no se ata con sus palabras
b. Debemos recuperar el valor de las palabras
3. Seguir a Jesús implica no devolverno No solo por hoy... mañana y pasado también... Hablar acerca del gozo que significa seguir a Cristo. Cuando el Maestro estuvo en el mundo llamó a hombres de todas las clases sociales para que le siguieran. El evangelista Mateo transcribe el siguiente llamamiento del Señor: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mateo 11.28-30).
Era un llamamiento para venir y aprender, venir a vivir, venir y trabajar por la vida eterna. Cristo sabía que muchos de los que llegarían a seguirle no sabrían el significado de este seguimiento, por eso vuelve a decir, esta vez a sus discípulos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame" (Mateo 16.24). Siguiendo a Cristo somos gradualmente transformados a una vida distinta, mejor y eterna en los cielos. Sentimos en nuestra alma un gozo nuevo; nos sentimos perdonados de nuestros pecados y en posesión de una paz gozosa, de una salvación sin límites. No era, desde luego, cosa sencilla seguir a Cristo. ¿Qué significa seguir a Cristo? Primeramente, seguir al Señor es aceptar una invitación personal. Nos llenamos de alegría cuando alguien de cierta categoría social o política nos extiende una invitación. La invitación de Cristo está hecha. Es cuestión de decir "SI" a ella y hacerla nuestra.
Pedro, Andrés y Juan experimentaron el gozo de la invitación personal de Cristo, cuando se hallaban pescando en el mar de Galilea. La Biblia dice acerca de él: "Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron" (Mateo 4.18-22). Abandonar los propósitos de uno en la vida, vivir con una responsabilidad distinta, seguir de cerca el plan propuesto por el Maestro para llegar a ser discípulo, no era cosa fácil. Pero Dios ha querido siempre lo difícil. Cristo invitó a tres hombres más para que le siguieran. El primero prometió seguirle, pero no se detuvo a considerar el precio de este seguimiento, y por lo tanto fracasó (Lucas 9.57-58). El tercero intentó igualmente seguirlo, pero no estaba dispuesto a dejar a los suyos. El segundo hombre es el que más nos interesa. También sintió deseos de seguir tras el Maestro, seguramente no le faltó la voluntad, pero pidió permiso al Señor para ir primeramente a un entierro. Fue a éste a quien dijo Cristo: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios" (Lucas 9.60).
SEGUIR A JESÚS IMPLICA ESPERAR EN DIOS
1. Jesús no hizo promesas
a. De liderazgo o de reconocimiento
b. De riquezas o de posición social
c. De que “todo marcharía bien”
d. De que no “nadarían contra la corriente”
2. Jesús confrontó a sus discípulos con la renuncia
a. Dejar todo en manos de Dios: economía, futuro, carrera...
b. Vivir un día a la vez, pero con Dios
c. Someterse a los “intempestivos” cambios en los planes de Dios
d. Dejar atrás las ataduras emocionales
e. Salirse de las multitudes para siempre “Deja que los muertos entierren a sus muertos…” Es bueno notar que los nombres, Jesus los mencionaba concretamente, no se trataba de eclesiásticos llenos de sabiduría humana, eran pescadores que trabajan para ganarse la vida como todos nosotros. Pero Cristo quería que dejaran sus trabajos y le siguieran, y eso quiere también de todos nosotros. La invitación de Cristo no quedaba limitada a aquellos pocos. Cristo me llamó a mí, ha llamado a millones a través de los tiempos, y sigue llamando a todos los hombres, a todos las mujeres."He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Apocalipsis 3.20). Esto ocurrió en el caso de los discípulos. Pedro, Juan y Andrés fueron llamados a seguir a Cristo, pero fueron llamados para una misión específica: "Yo os haré pescadores de hombres", les dijo el Maestro. Un tercer motivo de gozo en seguir a Cristo. Y es el de la disciplina que este seguimiento impone. Hay algunos "maestros", y hemos escrito esta palabra entre comillas, que reclaman menos de los seguidores; otros reclaman más. Pero la disciplina que Cristo impone a quienes le siguen es totalmente distinta. Cristo no reclama más ni menos que otros. Lo que él reclama es un seguimiento distinto, que envuelve toda la personalidad del discípulo, que impone unos sacrificios personales, naturalmente recompensados por el gozo que origina. El evangelista Lucas nos transcribe estas palabras de Jesús: "Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo... Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14.26,33).
1. Jesús no hizo promesas
a. De liderazgo o de reconocimiento
b. De riquezas o de posición social
c. De que “todo marcharía bien”
d. De que no “nadarían contra la corriente”
2. Jesús confrontó a sus discípulos con la renuncia
a. Dejar todo en manos de Dios: economía, futuro, carrera...
b. Vivir un día a la vez, pero con Dios
c. Someterse a los “intempestivos” cambios en los planes de Dios
d. Dejar atrás las ataduras emocionales
e. Salirse de las multitudes para siempre “Deja que los muertos entierren a sus muertos…” Es bueno notar que los nombres, Jesus los mencionaba concretamente, no se trataba de eclesiásticos llenos de sabiduría humana, eran pescadores que trabajan para ganarse la vida como todos nosotros. Pero Cristo quería que dejaran sus trabajos y le siguieran, y eso quiere también de todos nosotros. La invitación de Cristo no quedaba limitada a aquellos pocos. Cristo me llamó a mí, ha llamado a millones a través de los tiempos, y sigue llamando a todos los hombres, a todos las mujeres."He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Apocalipsis 3.20). Esto ocurrió en el caso de los discípulos. Pedro, Juan y Andrés fueron llamados a seguir a Cristo, pero fueron llamados para una misión específica: "Yo os haré pescadores de hombres", les dijo el Maestro. Un tercer motivo de gozo en seguir a Cristo. Y es el de la disciplina que este seguimiento impone. Hay algunos "maestros", y hemos escrito esta palabra entre comillas, que reclaman menos de los seguidores; otros reclaman más. Pero la disciplina que Cristo impone a quienes le siguen es totalmente distinta. Cristo no reclama más ni menos que otros. Lo que él reclama es un seguimiento distinto, que envuelve toda la personalidad del discípulo, que impone unos sacrificios personales, naturalmente recompensados por el gozo que origina. El evangelista Lucas nos transcribe estas palabras de Jesús: "Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo... Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14.26,33).
Este es el precio que hay que pagar por seguir a Cristo. Renunciar al amor de los seres que más amamos, de las cosas que más queremos, si es que estos seres y estas cosas nos apartan del Señor. Cristo debe ser primero en nuestra vida, primero en nuestros objetivos terrenos, primero en nuestro suspiro final. Pero este precio es posible pagarlo. No hay nada difícil ni imposible en la vida con Cristo. Porque el Señor no exige imposibles. El conocía y conoce perfectamente nuestras debilidades, nuestras indecisiones, nuestros pecados. Precisamente por todas estas cosas murió en la cruz. Pero, a pesar de ello, Cristo quiere que andemos cerca de él. Esto no puede hacerse, lógicamente, si la sangre de Cristo no ha salvado primeramente nuestra alma."Por tanto, id, y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28.19-20).
Esta salvación tiene dos fuentes distintas y origina dos causas diferentes. Primeramente es preciso una decisión personal en seguir a Cristo. Esto crea una experiencia espiritual no experimentada hasta entonces y da una nueva razón de vivir. Pablo, el apóstol, dice en el capítulo 10 de la epístola a los Romanos que la salvación viene por la obediencia a los mandamientos de Cristo, por el reconocimiento del Salvador y Señor resucitado. Cuando creemos en Cristo, cuando le obedecemos, cuando nos arrepentimos de nuestros pecados, cuando confesamos públicamente su divinidad y cuando somos bautizados por inmersión, entramos en una nueva relación con Cristo y por medio de él con Dios (Marcos 16.16; Hechos 2.38; Mateo 10.32-33; Lucas 13.3).
El bautismo del Nuevo Testamento no es para ser administrado a cualquier persona, sino únicamente a aquellos que creen firmemente en el Señor, a los que adopten la más importante decisión de su vida, dejando de pecar y entregándose completamente al Señor. El bautismo ha de ser forzosamente de personas adultas porque el bautismo cristiano es un símbolo de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Romanos 6.11). En la epístola a los Gálatas, Pablo aclara esto bien en las siguientes palabras: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2.20). UNO NECESITA CONSIDERAR EL COSTO ANTES DE LLEGAR A SER UN
DISCÍPULO... Seguir a Jesús en ese tiempo significaría abandonar todo
DISCÍPULO... Seguir a Jesús en ese tiempo significaría abandonar todo
Así fue necesario que lo hicieran Pedro, Andrés, Santiago, y Juan – Mt 4:18-22
! DAR LA LIMOSNA.!
La palabra «limosna» no la oímos hoy con gusto. Notamos en ella algo humillante. Esta palabra parece suponer un sistema social en el que reina la injusticia, la desigual distribución de bienes, un sistema que debería ser cambiado con reformas adecuadas. De acuerdo con la Biblia, la limosna implica "dar" ayuda a los que lo necesitan. Las limosnas se administran de una variedad de maneras y se otorgan de distintas formas, ya sea ayudando a un prójimo a conseguir un trabajo honesto o dando un poco de dinero a un mendigo desconocido. “La limosna ha sido siempre, en la tradición de la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, una vara para medir la justicia”. ¿Qué significa la palabra «limosna»?
La palabra griega «eleemosyne» proviene de «éleos», que quiere decir compasión y misericordia; inicialmente indicaba la actitud del hombre misericordioso y, luego, todas las obras de caridad hacia los necesitados. Recordemos aquí a San Pablo: «Si repartiere toda mi hacienda... no teniendo caridad, nada me aprovecha» (1Cor 13,3). También San Agustín escribe muy bien a este propósito: «Si extiendes la mano para dar, pero no tienes misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el corazón, aun cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna» El hecho de ofrecer limosna a quien la necesite es uno de los deberes dentro de la práctica del cristianismo. Jesús dirá de ellos “sepulcros blanqueados” en el análogo pasaje del Evangelio de Mateo, remarcando ciertas actitudes que Él define con dureza como “inmundicia”, “podredumbre”. “Den más bien como limosna todo lo que tienen dentro”, es su contrapropuesta. Cada religión tiene sus propias reglas, que se aplican tanto a las limosnas en sí como a quien las da y a quien las recibe. Dentro del cristianismo, es un requisito dar limosna si se está intentando ser un buen cristiano. La Biblia instruye en Mateo 5:42. "Da al que te pida, y no le muestres la espalda al que quiere tomar prestado de ti". La limosna es el acto de dar dinero o bienes a los necesitados como parte de la disciplina religiosa. Varias religiones consideran el acto de dar limosna como una virtud, tal es el caso dentro del cristianismo, el judaísmo, el budismo, el islamismo y el hinduismo. La Biblia contiene muchas referencias hacia la limosna, ya que de acuerdo con la tradición cristiana, el servicio a los demás trae consigo plenitud espiritual y virtud ante los ojos del Señor. En Lucas 6:38, Jesús dijo: "Porque si das, conseguirás. Tu dádiva regresará a ti en medida plena y desbordante, pero apretada y remecida para hacer espacio para que puedas recibir más en tu regazo. La medida que uses para dar-grande o pequeña- servirá para medir lo que recibas". En ese sentido, dar limosna no sólo genera satisfacción, sino dones para quien ofrece. No hacerlo puede generar consecuencias negativas. Según Proverbios 28:27, "El que da al pobre nunca sufrirá necesidad, pero el que cierra sus ojos tendrá muchas maldiciones "dar limosna cumple uno de los principios necesarios de la fe cristiana, que es alentar a las personas a desarrollar un espíritu más generoso.. Las personas sin hogar son un claro ejemplo de quienes necesitan limosnas; sin embargo, un buen cristiano también puede dar limosna a un vecino o miembro de la familia que necesite asistencia. En Lucas 21:1-4, Jesús vio a los ricos haciendo donaciones. Luego, vio a una viuda pobre que dio dos pequeñas monedas de cobre, a lo cual dijo: "De cierto digo, que esta viuda pobre ofreció más que todos los ricos; porque ellos de su riqueza ofrecieron sus sobras, pero ella de su pobreza ofreció todo lo que tenía para vivir". La «limosna» así entendida tiene un significado, en cierto sentido, decisivo para tal conversión. Para convencerse de ello, basta recordar la imagen del juicio final que Cristo nos ha dado:
«Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; peregriné, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; preso, y vinisteis a verme. Y le responderán los justos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos peregrino y te acogimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,35-40).
La palabra griega «eleemosyne» proviene de «éleos», que quiere decir compasión y misericordia; inicialmente indicaba la actitud del hombre misericordioso y, luego, todas las obras de caridad hacia los necesitados. Recordemos aquí a San Pablo: «Si repartiere toda mi hacienda... no teniendo caridad, nada me aprovecha» (1Cor 13,3). También San Agustín escribe muy bien a este propósito: «Si extiendes la mano para dar, pero no tienes misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el corazón, aun cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna» El hecho de ofrecer limosna a quien la necesite es uno de los deberes dentro de la práctica del cristianismo. Jesús dirá de ellos “sepulcros blanqueados” en el análogo pasaje del Evangelio de Mateo, remarcando ciertas actitudes que Él define con dureza como “inmundicia”, “podredumbre”. “Den más bien como limosna todo lo que tienen dentro”, es su contrapropuesta. Cada religión tiene sus propias reglas, que se aplican tanto a las limosnas en sí como a quien las da y a quien las recibe. Dentro del cristianismo, es un requisito dar limosna si se está intentando ser un buen cristiano. La Biblia instruye en Mateo 5:42. "Da al que te pida, y no le muestres la espalda al que quiere tomar prestado de ti". La limosna es el acto de dar dinero o bienes a los necesitados como parte de la disciplina religiosa. Varias religiones consideran el acto de dar limosna como una virtud, tal es el caso dentro del cristianismo, el judaísmo, el budismo, el islamismo y el hinduismo. La Biblia contiene muchas referencias hacia la limosna, ya que de acuerdo con la tradición cristiana, el servicio a los demás trae consigo plenitud espiritual y virtud ante los ojos del Señor. En Lucas 6:38, Jesús dijo: "Porque si das, conseguirás. Tu dádiva regresará a ti en medida plena y desbordante, pero apretada y remecida para hacer espacio para que puedas recibir más en tu regazo. La medida que uses para dar-grande o pequeña- servirá para medir lo que recibas". En ese sentido, dar limosna no sólo genera satisfacción, sino dones para quien ofrece. No hacerlo puede generar consecuencias negativas. Según Proverbios 28:27, "El que da al pobre nunca sufrirá necesidad, pero el que cierra sus ojos tendrá muchas maldiciones "dar limosna cumple uno de los principios necesarios de la fe cristiana, que es alentar a las personas a desarrollar un espíritu más generoso.. Las personas sin hogar son un claro ejemplo de quienes necesitan limosnas; sin embargo, un buen cristiano también puede dar limosna a un vecino o miembro de la familia que necesite asistencia. En Lucas 21:1-4, Jesús vio a los ricos haciendo donaciones. Luego, vio a una viuda pobre que dio dos pequeñas monedas de cobre, a lo cual dijo: "De cierto digo, que esta viuda pobre ofreció más que todos los ricos; porque ellos de su riqueza ofrecieron sus sobras, pero ella de su pobreza ofreció todo lo que tenía para vivir". La «limosna» así entendida tiene un significado, en cierto sentido, decisivo para tal conversión. Para convencerse de ello, basta recordar la imagen del juicio final que Cristo nos ha dado:
«Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; peregriné, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; preso, y vinisteis a verme. Y le responderán los justos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos peregrino y te acogimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,35-40).
VIVIR EN EL ESPIRITU DE DIOS, NO EN EL DE LA CARNE
Es el enemigo numero uno del hombre, sea cristiano o nó, junto con el dinero.
El cristiano hijo de Dios, Cristo le limpió y purificó, echó fuera de el lo que tenia de viciado y animal, viejo hombre, ahora vive en su cuerpo, o templo santo o tabernaculo, un nuevo ser que se llama Jesucristo, ya no vivo yo, mas vive cristo en mi, es de muy mal gusto obligar a mi nuevo ser, a tener relaciones carnales, esto es pecado, ya no somos nosotros CRISTO VIVE EN EL HOMBRE, y es PECADO, salvo. en el querer procrear, en cuyo caso se pedirá a Dios por ello. Cuando nosotros leemos en los evangelios, podemos comprobar que el Señor Jesucristo era conducido por el Espíritu mientras estaba en la carne. El mismo enseñó que la Biblia fue inspirada por el Espíritu, y prometió que el mismo Espíritu estaría en los discípulos para guiarles y enseñarles todas las cosas: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviara en mi nombre, él os enseñara todas las cosas, y os recordara todo lo que yo os he dicho". Jesús pidió de los suyos un andar tan perfecto que solo Dios en ellos podía efectuarlo: "Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entrareis en el reino de los cielos"(Mt. 5:20), "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que esta en los cielos es perfecto"(Mt. 5:48).
Jesucristo enseñó que lo espiritual es más importante que lo material; idea que debe gobernar nuestra conciencia día tras día "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas os serán dadas por añadiduras" (Mt. 6:33).
El único Espiritu de todos los cristianos es el Espiritu Santo de Dios o de Cristo, somos su cuerpo y su iglesia, (tambien llamado Espiritu de Cristo) y los deseos sucios carnales de fornicación, lascivia, lujúria y pecaminosos que antes subía a nuestra mente el "viejo hombre", viciado, animal, corrupto, adánico, (demonio) ya no existen. salvo ahora la carne, algo mas leve. Dios nos ha dejado instrucciones muy concretas en el manual de las Sagradas Escrituras para aprender, como llegar a ser enteramente una persona perfecta y viviendo en la plenitud del Espíritu Santo. (2ª Tim. 3:16-17, Juan 6:63, 1ª Co. 2:9-10).
Según estas lecturas, el Espíritu Santo nos dejó la Biblia para que por sus enseñanzas aprendiéramos a ser "enteramente perfectos". Cristo nos ha dicho que sus palabras son "espíritu y son vida", y Pablo nos ha recordado que el Espíritu Santo nos revela aun las cosas mas profundas de Dios.
.
Ahora nuestro nuevo espíritu es el Espíritu Santo de Dios y de Jesucristo,RO.8.9 El nos sube pensamientos y sueños, pero de paz, amor, pureza y gozo, no impuros, de fornicación, concupiscencia y lascivia, pero aun así, somos tentados por nuestra propia carne, que simpatiza y obedece al diablo.
El único Espiritu de todos los cristianos es el Espiritu Santo de Dios o de Cristo, somos su cuerpo y su iglesia, (tambien llamado Espiritu de Cristo) y los deseos sucios carnales de fornicación, lascivia, lujúria y pecaminosos que antes subía a nuestra mente el "viejo hombre", viciado, animal, corrupto, adánico, (demonio) ya no existen. salvo ahora la carne, algo mas leve. Dios nos ha dejado instrucciones muy concretas en el manual de las Sagradas Escrituras para aprender, como llegar a ser enteramente una persona perfecta y viviendo en la plenitud del Espíritu Santo. (2ª Tim. 3:16-17, Juan 6:63, 1ª Co. 2:9-10).
Según estas lecturas, el Espíritu Santo nos dejó la Biblia para que por sus enseñanzas aprendiéramos a ser "enteramente perfectos". Cristo nos ha dicho que sus palabras son "espíritu y son vida", y Pablo nos ha recordado que el Espíritu Santo nos revela aun las cosas mas profundas de Dios.
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Ahora nuestro nuevo espíritu es el Espíritu Santo de Dios y de Jesucristo,RO.8.9 El nos sube pensamientos y sueños, pero de paz, amor, pureza y gozo, no impuros, de fornicación, concupiscencia y lascivia, pero aun así, somos tentados por nuestra propia carne, que simpatiza y obedece al diablo.
Los deseos sucios y carnales, son y vienen de nuestra carne no del Espiritu Santo actual. Todo verdadero creyente tendrá una experiencia muy dura de lo que cuesta vencer los impulsos del viejo hombre (naturaleza) cuya tendencia es llevarnos siempre a hacer aquellas cosas que odiamos y aborrecemos, pero que están en nosotros tratando de impedirnos vivir mas en el Espíritu que en la carne."Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal esta en mi. Porque según el hombre interior (hombre espiritual-nueva criatura) me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros que se revela contra la ley de mi mente y que me lleva cautivo a la ley del pecado que esta en mis miembros. ¡Miserable de mí!¿Quién me librara de este cuerpo (carne) de muerte?¡Gracias doy a mi Dios, por Jesucristo Señor nuestro..."(Ro. 7:19-25).
Sin embargo, algunas personas, que creen tener a Cristo, pueden desear la fornicación, concupiscencia y la lujuria, lascivia, si, dar placer a los deseos animales sucios e indignos de la carne, sin llegar a comprender, que el que esto haga, es porque no llega a comprender que el Espíritu de Dios o de Cristo mora en el,
El hombre no puede ni debe someter a su esposa a actos sucios e indignos, animales, demoniacos.
Ahora en Cristo, en vez de dar placer a nuestra carne, debemos darsela a Dios, y dejar que el verdadero amor de Dios fluya en la pareja en ese acto de la manera mas limpia, digna y menos pecaminosa, ante Dios que todo lo ve y oye, porque mora dentro de la persona.
La fuerza y fuego carnal, animal, salvaje, demoniaca que antes ejercía el "viejo hombre", (demonio) sobre la persona, desde dentro del cuerpo, no la ejerce ahora la carne, es mas leve, esta sometida en algunas cosas a Dios, el cristiano es libre de esa esclavitud siempre que asi lo desee, por Jesucristo. ¡Cuando estas cosas las practicamos estamos muy lejos de aprender a vivir mas en el Espíritu, y por el contrario, creceremos en vivir mas según los deseos del viejo hombre que ya fue crucificado cuando bajábamos a las aguas del bautismo. Hay varias maneras en que un hijo de Dios puede apagar o restringir al Espíritu Santo, no permitiendo que cumpla la plena voluntad de Dios, sea en nosotros o sea en otros. Le limitamos cuando no prestamos atención a sus indicaciones acerca de alguna obra buena que podamos hacer. Acerca de nuestro testimonio para que hablemos a otros de Jesucristo. Cuando perdemos el interés en la oración, cuando no tenemos celo por su Palabra, en su estudio, cuando dejamos de congregarnos, preocupados los unos por los otros, cuando pudiendo hacer el bien a otros dejamos de hacerlo, etc, etc, entonces ese poder que tenemos dentro de nosotros en su persona queda anulado por nosotros mismos, y nuestro corazón queda abonado para que nuestra carnalidad pueda hacer su obra sin ninguna oposición. El deseo de saber como vivir mas en Espíritu que en la carne debe estar motivado por un solo deseo u objetivo,"Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios"(Col. 1:8-10). Esta parte de la oración del apóstol para los Colosenses, nos indica que donde esta el Espíritu en plenitud, allí está la santidad y el poder. Al andar en el Espíritu, guiados por el Espíritu, bebiendo del Espíritu, llegaremos a la plenitud y el poder con efectos que solo Dios puede alcanzar a saber. El Espíritu Santo "habita en el creyente", pero podemos tenerle entristecido y al mismo tiempo podemos llegar a APAGARLO. (1ª Tes. 5:19).
La mujer caza el alma vida espiritu, del hombre, al vuelo. EZ.13.20
Dios no necesita que su pueblo fornique para tener descendencia, Dios engendra a su pueblo;
La relacion de pareja del cristiano, es nula o casi nula, pues en el bautismo renunció a ello. La relación de pareja del cristiano, esta regulada en cierto modo por Dios, contra las pasiones desenfrenadas de fuego animal y diabolico, dando preeminencia a las caricias y amores dignos y honestos a los ojos de Dios, que esta en esos cuerpos, y todo lo ve, y todo lo oye
El hombre viene del mundo y de sus placeres, y ahora en Cristo se abstiene de todo ello, incluida la mujer, ese deseo carnal que antes ejercia la carne, en el bautismo queda disminuido, y ahora procura dar placer, pero al Espiritu Santo de Dios que mora en el; ahora vivimos en el Espiritu, y hemos casi anulado a la carne en nosotros, gracias al Espiritu Santo de Cristo que mora en el Cristiano autentico, y si alguno no le tiene, es que no es cristiano.
Absteneos de fornicación, nos dice el Señor, y fornicación es todo acto de pasiones desenfrenadas,de fuego animal y diabolico y lascivia.
Es muy dificil dar gloria a DIOS en el acto, muy dificil, casi imposible.
La fornicacion es el deseo carnal y sucio a los ojos de Dios; el deseo mediante el amor y limpio, si es de Dios.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Si soy adultero es por que soy un Pecador.
El Adulterio es Pecado - La Biblia es muy clara en que cualquier forma de adulterio es pecado, aún si ambas personas en un matrimonio están de acuerdo con él. 1ra de Tesalonicenses 4:3-5 dice: "Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios." El adulterio también incluye "intercambiar" o añadir compañeros sexuales. El adulterio es una conducta manifestada por un acto desleal donde se demuestra un total desamor por el cónyuge y una atracción física descontrolada que conlleva a una relación sexual ilícita entre un hombre y una mujer en la cual uno de ellos es casado y la otra persona no es su cónyuge. Conducta que no es aceptable para la vida en sociedad. El cristianismo en general, considera el adulterio como el mas abominable de los pecados y es una conducta condenada por Dios, tal como se manifiesta en las escrituras:
José no quiso cometer este gran mal, y pecar contra Dios, Gén. 39:9 (7–12). No cometerás adulterio, Éx. 20:14. Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón, Mateo 5:28. Ni los fornicarios ni los adúlteros heredarán el reino de Dios 1 Cor. 6:9–10. A los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios, Heb. 13:4. El adulterio es el más abominable de todos los pecados, salvo el de derramar sangre inocente o el de negar al Espíritu Santo, Alma 39:3–5. El que cometa adulterio y no se arrepienta, será expulsado, DyC 42:23–26. Si alguien comete adulterio en su corazón, no tendrá el Espíritu, DyC 63:14–16. Los dos eran salvos cuando se casaron y por la razón(es) que fuese(n) simplemente no pudieron resolver sus diferencias, y los corazones terminaron rechazando la razón, resultando en la disolución del matrimonio. Ahora ambos se volvieron a casar y no hay duda alguna de que se ha cometido pecado,a los ojos de Dios el adulterio, como cualquier otro pecado, sí puede ser perdonado. Pero tiene que haber un arrepentimiento sincero, de corazón. El Catecismo de la Iglesia aclara, siguiendo las Escrituras, que a Dios le desagradan los divorcios.Catecismo 2382 : El Señor Jesus insiste en la intención original del Creador que quería un matrimonio indisoluble, y deroga la tolerancia que se había introducido en la ley antigua.
Entre bautizados católicos, " el matrimonio rato y consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano ni por ninguna causa fuera de la muerte" CIC 2384 :Si el marido, tras haberse separado de su mujer, se une a otra mujer, es adúltero, porque hace cometer un adulterio a esta mujer; y la mujer que habita con él es adúltera, porque ha atraído a sí al marido de otra.
Vivir una sociedad nueva es la vida de jesus.
Hablar de “justicia” resulta siempre complicado. Abordar este tema desde la óptica de
San Pablo es todavía más difícil, pues se trata de un concepto fundamental en la teología
del Apóstol, que incluye muchos aspectos, sobre todo de orden salvífico. Siendo ésta la
directriz fundamental de la enseñanza paulina, surge la pregunta: Entonces, ¿qué implica
la justicia que trata el maestro de los gentiles? Para el cristiano, la justicia, es una condición donde cualquier pueblo está llamado a vivir para ser próspero y feliz, y esta no puede venir más que de Dios para aquellos que se conviertan, es decir, que se abran a acoger el don de la justicia.
La justicia es fruto del Espíritu presente en el hombre y se expresa en amor, paz, gozo, longanimidad, bondad, benevolencia, confianza, mansedumbre, dominio de sí mismo. Tanto a nivel individual como en cuanto comunidad cristiana en el mundo. Ante todo formando una comunidad que vive la justicia es como los cristianos hacen que reine la justicia de Dios en el mundo.
Abordar el concepto de justicia en el Antiguo Testamento, es una tarea rica y complicada.
Muchas veces el término dikaiosu,nh (dikaiosýnê) con significados variados y
diversos.
Abarca, entonces, la justicia conmutativa
y distributiva, pero también incluye, como en una paradoja, el juicio y la misericordia.
Lo dicho para el Antiguo Testamento vale también para el Nuevo. Éste usa
varios términos para hablar de justicia: dikai,wma, pero es ciertamente dikaiosu,nh, la que
ocupa el lugar preponderante, incluso desde el punto de vista cuantitativo.La justicia significa también "paz" es decir, integridad y plenitud saludable de la coexistencia y el entendimiento entre las personas, porque si hay justicia, hay paz y donde reina la injustica siempre hay conflictos. Tanto la justicia como la paz son don de Dios, inseparables la una de la otra: "Amor y Verdad se han dado cita, Justicia y Paz se abrazan” (Salmos 85,11). Dios es capaz de hacer brotar la paz y la justicia, es decir, de instituir una sociedad nueva, es así como el sabio reza: “la Verdad brotará de la tierra, y de los cielos se asomará la Justicia. El mismo Señor dará la dicha, y nuestra tierra su cosecha dará; La Justicia marchará delante de él, y con sus pasos trazará un camino. (Salmos 85, 13-15) En los evangelios, fuera de Mateo, la noción de “justicia” tiene lugar sólo en Lc 1,75 y en
Jn 16,8.10.
Lucas, quien había dicho que Isabel y Zacarías eran “justos ante Dios” ( 1,6), en el
sentido de que ellos llevaban una conducta irreprochable, en 1,75 habla de servir a Dios
libres de temor, con santidad y justicia, lo que indica un estado de disposición ante el
mismo Dios. Aunque en primero lugar el servicio al que se refiere, es “cultual”, como lo
indica el verbo latreu,ein (latréuein), de modo que una vez arrancado el pueblo de
las manos de sus enemigos puede dar culto a Dios, sin embargo, por analogía debe
extenderse al modo de ser y de comportarse característico del pueblo de Dios
. Por tanto,
si bien el campo semántico del binomio “santidad y justicia” es cultual, una vez
rebasando este ámbito original, la formulación como tal constituye una manera de
expresar el servicio adecuado y genuino a Dios en cualquier ámbito y circunstancia.
Por su parte, en los textos juánicos Jesús habla del Paráclito como abogado que
establecerá la culpabilidad del mundo en materia de “pecado”, de “justicia” y de “juicio”.
El término “justicia” tiene lugar en un discurso de Pedro (10,35) y otro de Pablo (17,31).
La argumentación de Pedro se basa en la fidelidad y rectitud que Dios espera de todos y
cada uno cuando se presenta como juez. Exige a todos el cumplimiento de su voluntad;
por eso ante él, tan justo es el pagano que vive en la rectitud, como el judío fiel. Sin
embargo este pasaje puede suponer que el cumplimiento de la ley también es posible para
el no judío, lo que constituye un principio judeocristiano. Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad, (Proverbios 8, 20). Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo. (1 Juan 3,7)
¿Cómo puedo vivir una vida santa? ¿Cómo puedo caminar por la senda que Dios ha escogido para mí, la senda de santidad y santificación? “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación” (1 Tesalonicenses 4:3). Estas preguntas son importantes y han sido respondidas en al menos dos maneras distintas. Algunos insisten en que la regla de vida del creyente es la LEY. Cuando dicen “LEY”, se refieren en especial a la ley moral de Dios como es expuesta en los Diez Mandamientos. ¿Cómo he de vivir? Su respuesta sería ésta: “Debo vivir por la ley de Dios. Debo vivir por los Diez Mandamientos. Esta es mi regla de vida. La clave para vivir la vida cristiana y la clave para andar en santidad es tratar de obedecer la santa ley de Dios, especialmente los Diez Mandamientos, que el Señor Jesús resumió en dos grandes mandamientos: amar a Dios con todo tu corazón y amar a tu prójimo como a ti mismo”. Compare Mateo 22:36-40. Esto suena muy bien, pero el problema simplemente es el siguiente: Mientras más tratamos de guardar la santa ley de Dios, tanto más fracasamos. Aún como creyentes regenerados, no podemos, con nuestras fuerzas, elevarnos a la altura de la medida de la perfecta justicia de Dios. El problema no radica en la ley, porque “la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Romanos 7:12). El problema está en el creyente: “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Romanos 7:18). Son muchos los fragmentos de las Sagradas Escrituras donde leemos la palabra justicia, lo que nos hace preguntarnos: ¿Quiénes son los verán a Dios? Y la respuesta siempre es clara; “los que han sido justos”. Dice el profeta Isaías: “El que anda en justicia y habla con rectitud; rehúsa ganancias fraudulentas, se sacude la palma de la mano para no aceptar soborno…..Ese morará en las alturas, subirá a refugiarse en la fortaleza de las rocas, se le dará su pan y tendrá el agua segura”. (Isaías 33, 15-16). A todos nos encanta utilizar esta palabra “justicia” y desde siempre, tanto como para reclamar justicia, como para hablar de ella, y hemos descubierto por nuestra propia cuenta cuán grande es, mucho más de los que son los hombres, más que toda la realidad de nuestra vida, pero lo increíble, es lo difícil que resulta conseguirla de nosotros mismos
San Pablo es todavía más difícil, pues se trata de un concepto fundamental en la teología
del Apóstol, que incluye muchos aspectos, sobre todo de orden salvífico. Siendo ésta la
directriz fundamental de la enseñanza paulina, surge la pregunta: Entonces, ¿qué implica
la justicia que trata el maestro de los gentiles? Para el cristiano, la justicia, es una condición donde cualquier pueblo está llamado a vivir para ser próspero y feliz, y esta no puede venir más que de Dios para aquellos que se conviertan, es decir, que se abran a acoger el don de la justicia.
La justicia es fruto del Espíritu presente en el hombre y se expresa en amor, paz, gozo, longanimidad, bondad, benevolencia, confianza, mansedumbre, dominio de sí mismo. Tanto a nivel individual como en cuanto comunidad cristiana en el mundo. Ante todo formando una comunidad que vive la justicia es como los cristianos hacen que reine la justicia de Dios en el mundo.
Abordar el concepto de justicia en el Antiguo Testamento, es una tarea rica y complicada.
Muchas veces el término dikaiosu,nh (dikaiosýnê) con significados variados y
diversos.
Abarca, entonces, la justicia conmutativa
y distributiva, pero también incluye, como en una paradoja, el juicio y la misericordia.
Lo dicho para el Antiguo Testamento vale también para el Nuevo. Éste usa
varios términos para hablar de justicia: dikai,wma, pero es ciertamente dikaiosu,nh, la que
ocupa el lugar preponderante, incluso desde el punto de vista cuantitativo.La justicia significa también "paz" es decir, integridad y plenitud saludable de la coexistencia y el entendimiento entre las personas, porque si hay justicia, hay paz y donde reina la injustica siempre hay conflictos. Tanto la justicia como la paz son don de Dios, inseparables la una de la otra: "Amor y Verdad se han dado cita, Justicia y Paz se abrazan” (Salmos 85,11). Dios es capaz de hacer brotar la paz y la justicia, es decir, de instituir una sociedad nueva, es así como el sabio reza: “la Verdad brotará de la tierra, y de los cielos se asomará la Justicia. El mismo Señor dará la dicha, y nuestra tierra su cosecha dará; La Justicia marchará delante de él, y con sus pasos trazará un camino. (Salmos 85, 13-15) En los evangelios, fuera de Mateo, la noción de “justicia” tiene lugar sólo en Lc 1,75 y en
Jn 16,8.10.
Lucas, quien había dicho que Isabel y Zacarías eran “justos ante Dios” ( 1,6), en el
sentido de que ellos llevaban una conducta irreprochable, en 1,75 habla de servir a Dios
libres de temor, con santidad y justicia, lo que indica un estado de disposición ante el
mismo Dios. Aunque en primero lugar el servicio al que se refiere, es “cultual”, como lo
indica el verbo latreu,ein (latréuein), de modo que una vez arrancado el pueblo de
las manos de sus enemigos puede dar culto a Dios, sin embargo, por analogía debe
extenderse al modo de ser y de comportarse característico del pueblo de Dios
. Por tanto,
si bien el campo semántico del binomio “santidad y justicia” es cultual, una vez
rebasando este ámbito original, la formulación como tal constituye una manera de
expresar el servicio adecuado y genuino a Dios en cualquier ámbito y circunstancia.
Por su parte, en los textos juánicos Jesús habla del Paráclito como abogado que
establecerá la culpabilidad del mundo en materia de “pecado”, de “justicia” y de “juicio”.
El término “justicia” tiene lugar en un discurso de Pedro (10,35) y otro de Pablo (17,31).
La argumentación de Pedro se basa en la fidelidad y rectitud que Dios espera de todos y
cada uno cuando se presenta como juez. Exige a todos el cumplimiento de su voluntad;
por eso ante él, tan justo es el pagano que vive en la rectitud, como el judío fiel. Sin
embargo este pasaje puede suponer que el cumplimiento de la ley también es posible para
el no judío, lo que constituye un principio judeocristiano. Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad, (Proverbios 8, 20). Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo. (1 Juan 3,7)
¿Cómo puedo vivir una vida santa? ¿Cómo puedo caminar por la senda que Dios ha escogido para mí, la senda de santidad y santificación? “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación” (1 Tesalonicenses 4:3). Estas preguntas son importantes y han sido respondidas en al menos dos maneras distintas. Algunos insisten en que la regla de vida del creyente es la LEY. Cuando dicen “LEY”, se refieren en especial a la ley moral de Dios como es expuesta en los Diez Mandamientos. ¿Cómo he de vivir? Su respuesta sería ésta: “Debo vivir por la ley de Dios. Debo vivir por los Diez Mandamientos. Esta es mi regla de vida. La clave para vivir la vida cristiana y la clave para andar en santidad es tratar de obedecer la santa ley de Dios, especialmente los Diez Mandamientos, que el Señor Jesús resumió en dos grandes mandamientos: amar a Dios con todo tu corazón y amar a tu prójimo como a ti mismo”. Compare Mateo 22:36-40. Esto suena muy bien, pero el problema simplemente es el siguiente: Mientras más tratamos de guardar la santa ley de Dios, tanto más fracasamos. Aún como creyentes regenerados, no podemos, con nuestras fuerzas, elevarnos a la altura de la medida de la perfecta justicia de Dios. El problema no radica en la ley, porque “la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Romanos 7:12). El problema está en el creyente: “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Romanos 7:18). Son muchos los fragmentos de las Sagradas Escrituras donde leemos la palabra justicia, lo que nos hace preguntarnos: ¿Quiénes son los verán a Dios? Y la respuesta siempre es clara; “los que han sido justos”. Dice el profeta Isaías: “El que anda en justicia y habla con rectitud; rehúsa ganancias fraudulentas, se sacude la palma de la mano para no aceptar soborno…..Ese morará en las alturas, subirá a refugiarse en la fortaleza de las rocas, se le dará su pan y tendrá el agua segura”. (Isaías 33, 15-16). A todos nos encanta utilizar esta palabra “justicia” y desde siempre, tanto como para reclamar justicia, como para hablar de ella, y hemos descubierto por nuestra propia cuenta cuán grande es, mucho más de los que son los hombres, más que toda la realidad de nuestra vida, pero lo increíble, es lo difícil que resulta conseguirla de nosotros mismos
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