Apocalipsis 3:16 ` Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. …15`Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16`Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17`Porque dices: ``Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo,… Sorprendentemente, ¡hay un tipo de cristianos que da nauseas a Jesús! Esta clase de cristiano existía en el cristianismo del primer siglo y existe todavía en la actualidad. El Señor habló de él en Apocalipsis 3:14-22. Un hijo de Dios en tal condición no es ni frío ni caliente para las cosas de Dios – reuniones de oración, estudios bíblicos, compañerismo cristiano, comunión, socorrer a los necesitados, ofrendar, luchar por la fe, hablar la verdad con amor, mostrar el fruto del Espíritu, luchar contra el pecado personal, etc.
¿Te da lo mismo ser creyente y comprometido que no serlo?
¿Te da lo mismo ser creyente y comprometido que no serlo?
¿Sos de los que aseguran que todo depende del punto de vista y que hay que dejar que cada uno viva su vida como le de la gana?
¿Tu vida es una eterna carrera hacia el hacer y el tener?
¿Sos coherente entre tu fe y tu vida?
¿Siempre estas ocupado o cansado para hacer caridad?
¿Sos testigo de la esperanza entre los que te conocen?
¿Sos testimonio de vida y amor en todos tus ámbitos? ¿Los que te conocen pueden decir que sos cristiano por tu forma de vida?
Te invito a meditar esta frase que dice el Señor en el Apocalipsis...
"Pero porque eres tibio y no frío o caliente, voy a vomitarte de mi boca."
Apoc. 3,16 Ellos en realidad no desean la Palabra de Dios, ¡la cual es necesaria para el crecimiento espiritual (1 Pedro 2:2)! No se mantienen firmes en la enseñanza de los apóstoles ni en la comunión, ni tampoco en la oración (Hechos 2:42). Ellos obedecen de pensamiento, palabra y obra sólo cuando les conviene. Cuando no es conveniente obedecer, no lo hacen. En otras palabras, ellos están comprometidos solamente hasta el grado de interés de su propia conveniencia, la cual cambia constantemente. Su temperatura espiritual es tibia – algunas veces caliente y otras veces fría, pero nunca establemente ni la una ni la otra. (Para entender mejor qué es la tibieza, considere cual es el resultado si se mezclan cantidades iguales de agua fría y caliente.) ¿En qué tipo de peligros estaban los tibios en Laodicea? ¡Estaban al borde de ser vomitados de la boca de Jesús según el verso 16! La palabra griega es efectivamente vomitar. Pronto estos cristianos tibios serían expelidos del Cuerpo de Cristo de la misma manera en que algo que produce náuseas en nuestro estómago debe ser expelido para sentir alivio. Este era su futuro asegurado, si ellos escogieran ignorar el consejo de Jesús de ser fervorosos y arrepentirse. El amoroso y paciente Señor no podía soportar más y dio su ultimátum en forma de advertencia. En aquel momento, así como ahora, los poco entusiastas, los indiferentes, los despreocupados y los tibios fueron forzados a tomar su decisión más importante, una decisión que afectaría la continuidad o el fin de sus vidas espirituales.
Apoc. 3,16 Ellos en realidad no desean la Palabra de Dios, ¡la cual es necesaria para el crecimiento espiritual (1 Pedro 2:2)! No se mantienen firmes en la enseñanza de los apóstoles ni en la comunión, ni tampoco en la oración (Hechos 2:42). Ellos obedecen de pensamiento, palabra y obra sólo cuando les conviene. Cuando no es conveniente obedecer, no lo hacen. En otras palabras, ellos están comprometidos solamente hasta el grado de interés de su propia conveniencia, la cual cambia constantemente. Su temperatura espiritual es tibia – algunas veces caliente y otras veces fría, pero nunca establemente ni la una ni la otra. (Para entender mejor qué es la tibieza, considere cual es el resultado si se mezclan cantidades iguales de agua fría y caliente.) ¿En qué tipo de peligros estaban los tibios en Laodicea? ¡Estaban al borde de ser vomitados de la boca de Jesús según el verso 16! La palabra griega es efectivamente vomitar. Pronto estos cristianos tibios serían expelidos del Cuerpo de Cristo de la misma manera en que algo que produce náuseas en nuestro estómago debe ser expelido para sentir alivio. Este era su futuro asegurado, si ellos escogieran ignorar el consejo de Jesús de ser fervorosos y arrepentirse. El amoroso y paciente Señor no podía soportar más y dio su ultimátum en forma de advertencia. En aquel momento, así como ahora, los poco entusiastas, los indiferentes, los despreocupados y los tibios fueron forzados a tomar su decisión más importante, una decisión que afectaría la continuidad o el fin de sus vidas espirituales.
Jesús dijo en los versículos 15 y 16:
Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. (Apocalipsis 3:15,16.)
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