Ser pacientes; caminar sin desesperase aun en los momentos en que pareciera que Dios se ha olvidado de nosotros; serle fieles en la noche oscura y esperar que vuelva a ser de día para que todo se aclare: eso es parte de la vida, del caminar de quien ha depositado su fe y su confianza en Dios.
Cristo, después de grandes sufrimientos ahora Vive y Reina por los siglos de los siglos, sentado a la diestra de la Gloria de Dios Padre.
Si tomamos nuestra cruz y lo seguimos, reinaremos con Él.
Sal. 33 (32) Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos.
El día que decidimos libremente poner nuestra vida en manos de Dios, debimos también estar dispuestos a hacer en todo su voluntad.
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